Una
entrevista con Marta Elena Casaús Arzú
Noviembre de
2012. Ciudad de Guatemala.
Por esos días, la historiadora guatemalteca se
encontraba en el país, porque ofrecía una charla sobre el pensamiento político
de Alberto Masferrer en el III Congreso Centroamericano de Filosofía de la USAC
en el Paraninfo.
Pero también se fraguaban las cosas de hoy.
Pero también se fraguaban las cosas de hoy.
El Partido Patriota, la alianza conservadora entre
la élite empresarial (origen social de Casaús Arzú) y los militares, tenía unos
pocos meses de gobernar. Aún era muy popular su idea de “Mano dura”. La CICIG
era todavía proscrita por la clase media y el CACIF y lo mismo ocurría con
Claudia Paz.
También se anticipaba el juicio por genocidio contra
Efraín Ríos Montt, y ya se sabía que Casaús Arzú sería parte del peritaje para acusar al exdictador.
La ponencia de Marta Elena pintaba a Masferrer como
buen centroamericano antiimperialista y revisaba la participación democrática y movilización popular en la región. Nadie sabía nada aún del Triángulo Norte
o el Plan de la Prosperidad.
Eso sí. Todo el mundo asumía la tradición política. Después del PP, Baldizón tendría que ser el próximo presidente.
Entonces la conocí. Me regaló y dedicó una copia de
su libro y aceptó con gusto una entrevista conmigo. Pocos días después cumplió la
promesa y me invitó a desayunar en el restaurante de un hotel de la zona 14.
Esto fue lo que pasó aquella mañana.
POR CHRISTIAN ECHEVERRÍA
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CE: En Linaje y
racismo usted propone como elemento de estudio las redes familiares de la
oligarquía guatemalteca. ¿Cómo fue la relación de Masferrer con las oligarquías
centroamericanas de su tiempo?
MECA: Yo he tenido la suerte de hacer cuatro investigaciones
de largo tiempo y se han convertido en un filón. Cada investigación tiene su
propia metodología. Yo tardé diez años
en hacer la muestra de mis encuestados. Descubro el poder de las familias como
redes. Si algo tiene vigencia en Guatemala, son las redes familiares como
estructuras de poder de larga duración. Es por ello que el Estado es tan débil y tiene tan escasa institucionalidad. La metodología de redes no vale para otro
tipo de investigaciones como la de los intelectuales. Para ello se necesitan
otros conceptos, otras metodologías.
Casaús Arzú hablaba con calma. Con finos modales. A
mí me pareció que durante su juventud fue una mujer muy hermosa. En la mesa donde
estábamos teníamos una enorme ventana que daba hacia una piscina con agua
clara. Había sol con algo de aire. Arrimé una silla para poner mi mochila.
Ordenamos.
MECA: Las redes familiares nunca construyeron una nación.
Lo que construyeron fue un Estado racista, autoritario y excluyente. Para
abordar el estudio de las redes fue necesario abordar a los intelectuales (como
Masferrer) como redes sociales de influencia, en donde se puede observar quiénes
eran sus intelectuales, a quiénes citaban, en dónde escribían, con quién se
relacionan y a qué corrientes de pensamiento pertenecían, y así se va
contrayendo una nueva metodología de redes sociales formada por intelectuales
interconectados entre sí. El intelectual orgánico adquiere sentido respecto a
su red. Alberto Masferrer no es un intelectual orgánico, tampoco del pueblo,
sino un librepensador –aclaraba-. Se compromete con los desfavorecidos sin
serlo. Inaugura un tipo de intelectual comprometido con la realidad social, con
los más desfavorecidos. Un intelectual comprometido con la formación de una “Patria
Grande”, con el unionismo centroamericano y con la idea de José Martí de Nuestra América.
CE: Considerando sus raíces burguesas criollas,
¿por qué a usted le interesó tanto la oligarquía guatemalteca? La entrevista que le
hizo a las familias en Metamorfosis del racismo en Guatemala, y en un momento tan delicado de
contrainsurgencia, da la impresión de que no la hubiesen contestado a nadie
más, por ser usted parte de los clanes. ¿Por qué quiso investigar eso? ¿Fue
algo identitario?
Galería Andrea Paredes Facebook |
MECA: Yo no me quería ver como oligarca –contestó
sonriendo, y sonreía también mientras escuchaba mi pregunta-. Tiene una larga
data psicológica. Yo estoy directamente relacionada con los fundadores de la Cervecería. Yo era una niña que creció en una burbuja. Un día me escapé a jugar
con los niños de una ranchería y me regañaron, porque me dijeron que “con
indios no se juega”; “No te pongás morena porque parecés india…”. Si yo no
llego a salir del país, sería igual que el resto de mi familia –sentenció,
riéndose de su historia de vida-. Yo hago una encuesta basada en los
comentarios racistas que oía decir a mis familiares. Los elementos del racismo
son biológicos, no culturales. La selección de la muestra fue bien pensada en
la medida en que tuve que reconstruir todas las redes familiares de poder desde
el siglo xvi hasta el siglo xx para pasar la encuesta. De allí que surja el
libro Linaje y racismo. Yo me veo
como mestiza-ladina-guatemalteca; casi más centroamericana.
Casaús Arzú se mostró crítica con aquellos
intelectuales de izquierda que, en el siglo xxi, quieren revivir el mestizaje,
cuando según su opinión, éste es una ideología de fines del xix y principios del
xx y ya habría quedado obsoleta.
“¿Cómo revivir el mestizaje si nunca asumimos lo que
somos?”, se preguntaba retóricamente, y explayando todo su histrionismo con las
manos. “Nos fuimos por la vía del blanqueamiento o de la eugenesia, en lugar de
pensar en un proyecto mestizo de nación”.
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Brigitte Bardot
Yo venía de un pueblo donde no había cine
y sus mujeres eran catedrales.
Mis ojos sólo conocían los troncos de los árboles
y nunca habían visto un muslo.
Los senos no tenían nada de erotismo,
eran frutas llenas de jugo para los labios de los niños.
(…) Los vientres eran surcos para reproducir la vida (…).
Pero Dios
creó en Paris una mujer
y la exportó envuelta en celuloide.
Eras Nuestra Señora.
Mi señora.
Pero sobre todo, eras la Revolución Francesa.
Tus piernas eran dos cañones de amor
que disparaban a mis ojos y sacudían mis tímpanos.
Brigitte Bardot,
yo intenté resistencia,
pero tu fuego era demasiado.
La aldea que yo traía en la cabeza
fue tomada por asalto y arrasada.
Y tuve que abrirte mi corazón
y luego alzar los brazos.
y sus mujeres eran catedrales.
Mis ojos sólo conocían los troncos de los árboles
y nunca habían visto un muslo.
Los senos no tenían nada de erotismo,
eran frutas llenas de jugo para los labios de los niños.
(…) Los vientres eran surcos para reproducir la vida (…).
Pero Dios
creó en Paris una mujer
y la exportó envuelta en celuloide.
Eras Nuestra Señora.
Mi señora.
Pero sobre todo, eras la Revolución Francesa.
Tus piernas eran dos cañones de amor
que disparaban a mis ojos y sacudían mis tímpanos.
Brigitte Bardot,
yo intenté resistencia,
pero tu fuego era demasiado.
La aldea que yo traía en la cabeza
fue tomada por asalto y arrasada.
Y tuve que abrirte mi corazón
y luego alzar los brazos.
Luis de Lión, poeta indígena guatemalteco
Entonces llegó la comida muy pulcramente servida. Le
conté que me había graduado de psicólogo en la USAC. Ella me contó que su hija
de veinte años estudia Psicología en Georgetown. Habíamos pedido panqueques,
jugo natural de frutas y café con leche. La mañana seguía.
CE: Las ideas de Masferrer le sugieren a usted un
pensamiento antiimperialista y centroamericano. ¿Por qué han fracasado en
general los movimientos revolucionarios de Centroamérica?
MECA: Hay momentos en la historia de los pueblos que son
fundacionales. Se cuestionó el proyecto liberal y se derrocó a Estrada Cabrera
desde otros supuestos vitalistas, espiritualistas y teosóficos. Estas
corrientes pensaban que los cambios debían hacerse desde el individuo, y que
éste se degeneraba en la sociedad si el Estado no le garantizaba a los
ciudadanos el mínimum vital para vivir
una vida digna, y ese mínimum vital
era un decálogo de derechos individuales y colectivos como respirar aire puro,
respetar el medio ambiente, dotar de tierra a los campesinos, asegurar un
trabajo bien remunerado y una vivienda saneada. Solo así se podría construir
una patria y una nación fundadas en el ciudadano y no en la raza.
19 de mayo de 2013. El CACIF se opuso a la sentencia de genocidio que sería anulada por la CC un día después. Plaza Pública |
Empezó a insistir en que comiera, pero le aseguré
que no podía dejar de tomar notas. No podía entrevistarla de otra manera.
MECA: La ciudadanía no se podía construir sin una reforma
agraria. Los precursores de la revolución (de Octubre) fueron vitalistas y
teósofos como Juárez Muñoz, Carlos Wyld Ospina, Alberto Velásquez, Rodas
Mejicanos, Masferrer. Arévalo estaba en el movimiento teosófico y promovieron
la coeducación, el respeto a la diversidad cultural, la reforma agraria, el
respeto a las culturas amerindias. De ahí la revalorización del pasado maya o
la idea de Vasconcelos de una raza cósmica. Ellos (los teosofistas) son los
precursores de la revolución del 44. Lo primero que hace el Ministerio de
Educación cuando llega al poder Arévalo, es editar la obra de Masferrer –afirmó
a metralla-. Estas corrientes, poco estudiadas hasta el momento, pusieron en
jaque al positivismo y al liberalismo.
CE: Sí, Masferrer promovía la unidad cultural, social y
política de Centroamérica en el siglo pasado. Pero ¿qué opina del proceso de
integración latinoamericana que impulsa Hugo Chávez ahora? ¿Le parece un
contexto favorable para estas ideas?
MECA: También está la integración centroamericana que tampoco no ha
funcionado mal. Las integraciones fracasan o triunfan por una cuestión
económica. La integración entre países como Venezuela y Guatemala no puede ser,
porque no hay fronteras geográficas ni historia común. Sí puede haber un
proyecto común como el ALBA, pero no se hace sobre la base de petróleo. José
Cecilio del Valle fue precursor en la construcción de la ´Patria Grande´. Las
integraciones fracasan si no se fundamentan en el anhelo de los ciudadanos para
la construcción de una unión más amplia. Una integración desde la ciudadanía,
desde las bases populares. Centroamérica está mejor posicionada que otras
uniones porque sus antecedentes históricos son fuertes. Las uniones parten del
proyecto económico y de valores compartidos, históricos.
CE: Los indígenas luchan por defender sus territorios
del extractivismo. Y lo mismo pasa en Honduras y Panamá. Aquí hablan del “Buen vivir”
aunque no lo explican bien al resto de la sociedad, al otro. También se oye en
Sudamérica. Masferrer habla del mínimum
vital con influencias del pensamiento oriental. Háblenos de eso.
MECA: Para mí, el concepto del “Buen vivir” es nuevo
–confesó sorprendida-. Vivir y dejar vivir, o hacer vivir. Vivir es un
absoluto. Un principio y un fin. Por venir al mundo uno tiene derechos
inalienables: el derecho de respirar aire puro, a la tierra. ¿De qué me sirve
votar si no puedo comer? Derecho al trabajo, al pago, vivienda saneada,
derechos colectivos. Masferrer y los indígenas se vinculan en los derechos
colectivos. Los derechos a la diferencia. El derecho al respeto a la cultura.
Masferrer y los indígenas creen que la vida es una pero diversa. El individuo
se degenera en la sociedad porque el Estado y la sociedad no cumplen con el mínimo
vital. Entonces el individuo se degenera no por cuestiones raciales sino por
cuestiones sociales. Hay que combinar derechos comunes y a la diferencia. Una
vida digna es el planteamiento vitalista.
CE: Y ese concepto moral y ético tan abstracto: “Vivir
libre y plenamente”, como aparece en su libro, ¿lo comprenderá la oligarquía
criolla o la clase media mestiza, siendo tan coloniales, tan distintas
culturalmente? ¿A quién le habla Masferrer hoy entonces?
MECA: A los jóvenes. A los intelectuales, a los medios y
a los periodistas. Ellos son las fuentes motoras del cambio.
Yo empezaba a probar la jalea de frutas que
acompañaba los panqueques. El restaurante estaba vacío y la doctora comía bien.
Volví a mis notas.
MECA: Deben ser un buen ciudadano. Son los principios del
mínimo vital. Masferrer se dirige a los jóvenes para que tengan vocación. Para
que busquen la verdad, para regenerar los principios básicos: libertad,
igualdad, rechazar las tiranías, estar contra todo abuso, apropiación de
bienes. Él quiere que los jóvenes sean el motor del cambio. Y esto es muy
importante: que generen un proyecto de Nación.
CE: De hecho, también fue periodista y se involucró en
el debate. Sostuvo extensas redes sociales con otros intelectuales
centroamericanos. ¿Qué redes de opinión pública identifica usted hoy aquí como
importantes? ¿Qué columnistas le estimula leer?
MECA: Plaza Pública. Ese tipo de diarios Online son
importantes y son diarios interactivos que permiten a los jóvenes opinar,
interactuar. Es periodismo de investigación. Las radios también son un elemento
básico para gente que no puede leer. También los centros de investigación que
sintonicen con las demandas de la población: minería, reformas, el racismo…
De repente, desesperada, me arrebató las notas y las
puso sonriendo a un costado. No tuve más que ceder. La intención fue que
comiera. Tal vez le di pena y ahora sí estábamos desayunando los dos.
CE: Masferrer era pedagogo. Usted proponía en su ponencia
las “cátedras centroamericanas” como espacio de encuentro y creación
intelectual. ¿Qué planes hay de impulsarlas en universidades o centros
educativos, especialmente públicos? ¿Propondría educación popular para hacer
algo “desde abajo” o desde las capas medias?
MECA: No es idea mía. Es de un filósofo
chileno y tiene base popular. Es volver a crear espacios de debate interétnico,
intraétnico y de intergénero donde se debatan los grandes problemas del país,
se haga opinión pública, se pronuncie y dé propuestas y se oponga como
colectivo. Que sean espacios de sociabilidad, reflexión, reforma del Estado… la
identidad nacional ya no funciona –decía, mientras buscaba al mesero con la
mirada para pagar la cuenta. Empezaba a agotarse mi tiempo-. Tenemos que pasar
de la democracia representativa a la participativa, y de la crisis de los
partidos a nuevas formas de representación en donde se sientan identificadas
todas las identidades de etnia, cultura, género y generacional.
CE: ¿Qué le dice este filósofo
centroamericano a las mujeres?
MECA: Masferrer tenía serias contradicciones entre su
vida y sus discursos. Por una parte, creó ligas feministas, se unió con
Gabriela Mistral; pero era machista con sus mujeres. No era congruente entre lo
que decía y lo que hacía, ni en cómo se comportaba con su Hortencia (su última
mujer).
Comencé a sentir ansiedad. No quería que se fuera
sin terminar hasta la última pregunta. Ella ya se quería ir.
CE: Pero entonces es un anarquismo que busca unidad
filosófica desde la diversidad. Un diálogo intercultural profundo. ¿Será
Masferrer un posible significante para el Oxlajuj Baktún? ¿El cambio de tiempo?
MECA: Lo veo difícil, porque la población maya tiene sus
propios referentes e intelectuales. No tiene necesidad de buscar otros
referentes. Los que estamos más carentes de referentes identitarios y
culturales somos los mestizos-ladinos. Su vertiente hinduista es la que le
acerca más a los mayas. Ese respeto a las diferencias y a las culturas. Yo
buscaría en los autores del pasado aquellos referentes que nos unen, y a partir
de allí, empezaría a dialogar con las otras etnias del país y de la región
centroamericana.
CE: ¿Va a pasar Navidad aquí?
MECA: Volveré porque mi madre está enferma.
De un momento a otro, casi sin que me diera cuenta y
perdido entre mis notas, me percaté de que ya se había puesto de pie.
Seguramente sus asuntos familiares o ya se había aburrido de verme. Nos dimos
un abrazo mientras ella ya hablaba por teléfono y con la promesa de continuar
el contacto. Y así se alejó caminando hacia la salida del restaurante. Yo me quedé
hablando con el mesero que nos atendió y tomándome lo que quedaba de jugo.
::::::
Christian
Echeverría
Una rara mezcla entre psicólogo, poeta,
activista, bloguero y periodista digital que sólo es posible en el siglo xxi. Creador de Asuntos inconclusos
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Guatemala es una utopía ensangrentada. No podrás
parar de leer la novela basada en esta entrevista. eBook en Amazon y primeros capítulos aquí
Me parece que tuviste una experiencia con tu propia musa holliwodense, espero que la proxima ves logres verle la liga de las medias. fue mas una experiencia erotica que intelectual.
ResponderEliminarPor suerte. Muchas gracias por leer.
EliminarMe parece una gran desertora del capitalismo. Me gustaría ver a muchos más de esta clase de desertores.
EliminarA mí también.
EliminarAmig@s, Marta Casaus no es una desertora del capitalismo. Su trabajo de peritaje es impecable. Pero vive y trabajó en Madrid, dentro del capitalismo y en condiciones estructurales que un profesor en Centroamérica apenas imagina.
ResponderEliminarNo hay duda que salir de Guatemala cambia la vida.
ResponderEliminarChristian, es incuestionable el trabajo por la justicia en Guatemala que han llevado adelante desde España (y el "desde dónde" no es un detalle menor) intelectuales como Casaús, quien, insisto, no es una desertora del capitalismo sino alguien que vive (y muy bien) dentro del mismo. Pero muchos de esos intelectuales o "empresarios de los derechos humanos y de la educación de posgrado" no han cuestionado la (in)Justicia dentro de España. No se puede olvidar la dictadura de 40 años por la cual nunca hubo justicia, ni que uno de los jueces estrellas como Baltazar Garzón, con quien Casaús siempre estuvo en contacto, ha sido responsable de las condenas a España por utilización de la tortura. Consulta esta fuente: http://www.noagarzon.org/2013/09/garzon-y-la-tortura-en-espana.html
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