viernes, 10 de abril de 2015

El oro azul de Mesoamérica, parte 2 (Los defensores del agua)





POR ALVARO ARMAS 


La primera vez que supe sobre la importancia del agua a nivel político y como generadora de agenda de conflicto, me sucedió en Lleida, Catalunya. 

Asistí con un amigo a un festival de música de acordeón diacrónico celebrado en los Pirineos. “Contracorriente”;  el tema era “El Agua”.

Recuerdo que al entrar al lugar, mientras la mayoría de los asistentes tomaba los asientos de atrás, como queriendo evitar a alguien; sin advertir caminé hacia adelante para ocupar uno de esos asientos vacíos. 

En ese lugar estaban tres personas ya sentadas de aspecto elegante e intimidante. Sin importarme me senté a su lado. De inmediato advertí que la mayoría de la gente tenía los ojos sobre mí. 

Aún sintiéndome un tanto acosado por aquello, no puse mucha importancia, pero al cabo de un rato las miradas no se habían ido. 

Fue entonces que me acerqué a mi amigo que se había quedado también en los asientos de atrás y le pregunté sobre las miradas.

-Es que usted se sentó junto a una persona influyente por acá, y que a este lugar no es bienvenida -dijo-. Luego le cuento por qué...   

Me contó entonces que se trataba de un diputado de distrito que había abanderado la propuesta del trasvase del Ebro (el río más importante del Pirineo catalán). Aquella acción llevó cierta puja política en torno al afluente.

Así supe que el agua puede convertirse en un objeto de poder. En una suerte de dispositivo para observar, controlar y vigilar a las poblaciones, y que igual que en este ejemplo y en este lugar, puede suceder en cualquier parte del mundo siempre que entre en la puja política local e internacional bajo el interés nacional de un Estado, o en el deseo de las grandes transnacionales por su apropiación.

Se puede entender la geopolítica como un discurso. De hecho es un sistema de ideas que estructura la mente a una manera de ver y ordenar la realidad a partir de la normalización de la mirada.

Se trata de una percepción de la realidad homogenizadora, una forma de gobernabilidad. Para eso hay que servirse de las leyes, lo mediático, la coacción, los condicionamientos, etcétera (Castillo, 2009).

Generalmente se habla de gobernabilidad como algo deseable. Como mero sinónimo de un estado ideal de las cosas político-sociales. Pero una mirada crítica a la gobernabilidad  la haría ver como un dispositivo de control, de seguridad, de territorio y de población que logra someter el campo de acción de los otros a beneficio de ciertos intereses. 

“Los discursos de la gobernabilidad no son exclusivamente creados por los aparatos de Estado sino por instituciones y grupos de interés tanto de la sociedad política como de la sociedad civil” (Ó Tuathail, 1994).

Queda claro entonces que existen jerarquías cuando se habla de gobernabilidad. Que ésta viene de Estados dominantes hacia Estados débiles. Que viene desde instituciones globales, como las instituciones de financiamiento internacional (BM, FMI, BID, BCIE o empresas transnacionales), y que delimita el campo de acción de los otros.

Así pues, se puede hablar de crear gobernabilidad en torno al agua, como se puede ver por ejemplo cuando el FMI, en el 2000, obligó a la privatización del agua en 16 países subdesarrollados (sobre todo en África) que ahora sufren en torno a este bien.

Se va creando gobernabilidad en torno al agua en América Latina

Tres de los reservorios de agua dulce más importantes del mundo se encuentran en el continente americano. 

El primero y más importante de ellos por sus dimensiones, es el acuífero Guaraní. Uno de los recursos que hay que proteger y que tiene muy en cuenta UNASUR. Organización que también busca blindarse ante la presencia de bases militares que se amplían, también en el Sur, por parte de Estados Unidos, teniendo en la mira crear condiciones para la apropiación de este importante reservorio, y como también lo ha hecho ya la presencia de las IFIs (instituciones financieras internacionales) en el territorio, las cuales generan sospecha y ya han tocado el tema.


ABC Color

El segundo de ellos se ubica en los Grandes Lagos entre el Canadá y los Estados Unidos y ha sido una zona de conflicto un tanto disimulada, también por este recurso.

Mesoamérica comprende un territorio rico en recursos hídricos (entendiendo “Mesoamérica” como una región cultural que abarca desde el sur de México a Costa Rica), por lo que en un futuro próximo (o ya presente) la puja por el control del agua se hará más evidente. Siendo un ejemplo lo que va sucediendo en estos momentos con la Ley General de Aguas en México (tema que abordé anteriormente). Siendo también en este país donde se han realizado valiosos aportes al estudio sobre la geopolítica del agua.

Mesoamérica posee el 10 por ciento del agua dulce del mundo con su variedad de ríos, cenotes, lagos y lagunas.

www.giandelgado.net
Con un simple ejercicio visual se puede apreciar su correspondencia con los Grandes Lagos del ´Norte´, y que no pasa desapercibida para ser aprovechada. Allí la importancia de crear condiciones para que esto pueda suceder.

Delgado (2004) llama irónicamente “Proyecto Aquarium” a un acueducto subterráneo que iría desde el centro-sur de México hacia los Estados Unidos. Este proyecto contemplaría la posibilidad de transportar agua desde Sudamérica, lo cual afectaría de manera significativa a la población mesoamericana.  
 

¿Y qué hay del Plan de la Prosperidad?

Crear condiciones para intervenir un espacio, lleva implícita la idea de generar acciones con las cuales se pueda controlar los recursos. Es decir, generar gobernabilidad. Bajo este concepto puede entenderse el Plan de la Prosperidad.

Según se aprecia, el Plan de la Prosperidad no es más que crear una ruta que encamine hacia un ambiente propicio para lograr ciertos objetivos del capital transnacional (gobernabilidad). Es además una apuesta de seguimiento al Plan Puebla-Panamá ahora llamado Proyecto Mesoamérica.

Por tal razón, se ha pedido a Guatemala una serie de requisitos que tendrá que cumplir. También este capital necesita agentes locales que lo negocien y lo ejecuten. Allí está la élite dominante de este país, que por su naturaleza de pensamiento, no es difícil pronosticar su proceder ante lo que haya que intervenir.

Como inicio de lo que podría venir como embestida, tenemos los últimos eventos que han ocurrido a nivel nacional donde ha resaltado el agua.

En parte es el caso del Lago de Amatitlán, y con más concordancia, lo que ha sucedido en el norte de Huehuetenango, donde algunos medios escritos, digitales, columnistas y redes sociales han destacado a los líderes comunitarios defensores del territorio que hacen frente a estos grandes intereses transnacionales en complicidad con el Estado guatemalteco.


Nuestro Diario
 
Los defensores del agua

La posición de los líderes comunitarios es clara, y se evidencia en declaraciones que han sostenido desde tiempos ancestrales.

Esto dijo Rigoberto Juárez Mateo en su declaración de defensa ante Tribunales:

“Lo único que nosotros hemos hecho en el territorio como derecho ancestral y milenario es precisamente defender el agua, defender los cerros…”.  

Juárez Mateo es autoridad ancestral de la nacionalidad maya q´anjob´al, representada en el Gobierno Plurinacional de las Nacionalidades Q’anjob’al, Chuj, Akateko, Poptí y Mestiza del Territorio Q´anjob´al del Pueblo de JolomK´onob.

“…en el marco de la defensa de nuestro territorio, estamos hablando de la defensa del agua, la defensa de los cerros, la defensa de las montañas y eso implica, por supuesto, la defensa del aire que todos y todas respiramos y necesitamos oxígeno. Las naciones ancestrales mayas q’anjob’ales estamos defendiendo precisamente ese derecho a la vida, al oxígeno, el agua que necesitamos todos. Aun quienes dicen tener el derecho de hacer uso de nuestras aguas, la necesitan igualmente que nosotros. Entonces, en ese sentido, estamos haciendo uso de este derecho para defender el derecho del agua”. 


Prensa Comunitaria Km.169

Puntualmente, para esta parte de Huehuetenango, existen 21 proyectos hidroeléctricos y 41 licencias de empresas mineras de los cuales sus promotores han insistido en que traerán desarrollo y progreso, y con los estigmas y estereotipos históricos desacreditan la defensa del territorio y sus recursos.

Teniendo en cuenta cómo opera el Estado, ese “desarrollo” es cuestionado, pues para las comunidades no es desconocido que ese discurso lleva en sus entrañas la desterritorialización histórica.

Desterritorialización que ha denunciado Totonicapán en diversas ocasiones, cuando ha salido a la palestra el tema del agua en la Ley General de Aguas en sus diversas manifestaciones.

Estos reclamos históricos en Guatemala de los que defienden el territorio y la  naturaleza, no son aislados. 

Los hay en diversas partes del mundo y más cuando se trata del agua, como los reclamos en la India de los cuales da cuenta Vandana Shiva (2007): “El agua es un derecho natural y que no tiene dueño, existen formas de uso pero no se posee”. Una posición sobre el agua donde no se ve como una mercancía ligada a intereses globales interconectados, sino más bien como generadora de la vida.


Fuentes:

-Castillo Méndez, Iván (2009). Descolonización Territorial, del Sujeto y la Gobernabilidad. Universidad Rafael Landívar, Instituto de Investigaciones y Gerencia Política, Serviprensa, S.A.

-Castro Soto (2005). El Agua y las últimas trincheras. México: CIPAC.

-Delgado, Gian C. (2004). Territorio y geopolítica imperial del agua: el caso de Mesoamérica. Desde El Cotidiano, No. 123.

-Ó Tuathail, G. (1994). Problematizing Geopolitics: Survey, Statecraft and Strategy. Transactions of the Institute of British Geographer. 
-Shiva, V. (2007). Las guerras del agua, privatización, contaminación y lucro. Siglo XXI, México, D. F.


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Alvaro Armas      LACONÍAS

 
Huehueteco, pedagogo, politólogo y gestor cultural.

He estado en diversos proyectos artísticos, de educación y políticos.

Gusto de la lectura, creo en todas aquellas acciones de incidencia política, creativas y generadoras de vida. 




 


 





 

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