POR ERNESTO PACHECO
Para
los que alguna vez se han preguntado qué es eso de la Gestión Cultural, me
inclino antes que nada por compartirles mis propias definiciones de esta
desconocida y valiente profesión.
Para
ello le vamos a entrar a un ligero análisis de las palabritas que la
componen, empezando con un término que
ha estado de moda en muchos ámbitos profesionales en los últimos años.
¿Qué
es la Gestión?
Viene
de “gestación”, que según Wikipedia es “El término que se usa en zoología
cuando un animal vivíparo del sexo femenino lleva y sustenta a una cría
embrionaria o fetal dentro de su vientre hasta el momento del nacimiento”. Ahí
está la gestión.
Simplemente
es el acto de la paciencia. Eso: ¡la paciencia! Primera virtud necesaria para
este trabajo.
Todas
aquellas que han sido madres, y claro, padres (sobre todo los observadores);
saben perfectamente que un período de gravidez quiere huevos, muchas
etapas hormonales, hinchazones, alegrías y berrinches. Pero eso es sólo lo superficial.
La
magia pasa adentro del vientre. Allí está la fiesta: millones de pequeñas
acciones y resultados, y la administración razonable de los recursos disponibles
para el producto final: un lindo y maravilloso bebé, chillón y cagón, que
cambia inmediatamente nuestro estilo de vida.
En
cuanto al segundo término (aunque quizá suene más familiar); es igual de
incomprendido. ¿Qué es lo cultural?
Yo
lo dejaría en la manifestación de lo que fuimos, somos y pretendemos ser como
sociedad, como si fuera un ejercicio en el que le piden a uno mencionar los primeros tres animales que se vienen a la mente, y contestemos: "serpiente",
"mula" y "unicornio".
Sí.
Resulta que como sociedad fuimos como una serpiente: ligada a la tierra, cauta,
misteriosa, con potencial de crecimiento.
Ahora
somos como una mula: terca, escandalosa y común.
Pretendemos ser como los unicornios míticos: majestuosos y europeos.
En
estos momentos nos damos cuenta de que tenemos problemas como sociedad. Es
cuando de forma consciente tenemos que tomar una decisión: la de ajustar
nuestra cultura de tal forma que por lo menos saquemos a la mula y al
unicornio de la escena.
Ahora,
juntando los dos términos de nuevo, definiría la Gestión Cultural como la
paciente tarea de hacer ajustes continuos a las manifestaciones de nuestra
sociedad, utilizando los recursos de la mejor manera posible. Eso,
mis queridos amigos; es el trabajo del gestor cultural.
Arriesgada
profesión en donde hay que sistematizar conocimientos, ensuciarse las manos,
involucrarse con diversidad de temas y convencer a muchas personas influyentes
de que se pueden hacer las cosas de otra manera.
Oficio donde hay que guiar la inversión de los recursos
que aún quedan a nuevas y productivas formas, para al final lograr un pequeño
cambio que nos haga un poco más ricos y empezar de nuevo con
todo el proceso.
Guatemala
tiene aportes culturales importantes para el mundo. Hay dos
ejemplos de Gestión Cultural de los que se está hablando en los medios
últimamente:
El
número uno tiene que ver con La Berlinale, o Festival
Internacional de Cine de Berlín, uno de los más importantes del mundo, en donde una película nacional nos dio el gusto.
Pero no se confundan. Producir una película
no es Gestión Cultural en sí mismo. Lo que sí es Gestión Cultural antes que
nada, es que ahora tenemos la sensación de que los guatemaltecos podemos
contar nuestras propias historias, y que
hay talento para hacerlo bien.
Luego,
el acto del director se convierte en Gestión cuando propone que Guatemala tenga
una Ley de Cine, muy necesaria cuando el país ya tiene logros en este tema.
Ojo: no es el primero y no será el último.
Este tipo de reconocimientos están profundamente ligados a
la Gestión, ya sean como negociaciones desde Guatemala en la OEA, o porque
algún gestor cultural en la OEA lo entendió prudente y necesario.
Ambos
ejemplos nos cuentan cómo pequeñas cosas cambiaron para hacer nuestra cultura
más interesante, y nos muestran el trabajo de los gestores culturales que
tuvieron la visión, necesidad y astucia de provocar las transformaciones.
Entonces,
ahora, cuando conozca a alguno; recuerde que son los profesionales con más
paciencia del país. Invítelo a un café. Seguramente tendrá una plática
agradable.
Gestor y
asesor de proyectos culturales.
Asesor de Cultura del Municipio de
Xelajú No'j (Quetzaltenango).
Aprendiz
de brujo nacido en la década de los ochentas.
Aq'ab'al
por destino y promotor de la educación alternativa.
Cree que es necesaria la construcción de grandes
proyectos para el espíritu y aún ve viable al país en contra de todo pronóstico.
Foto: perfil de Facebook.
Muy Bien amigo, eso escrito me transporta a la canción de Manuel Serrat Caminante no Hay camino, hay que animarse y arrancar porque solo el miedo nos detiene y simplemente nos hacemos bueyes solo siguiendo a los demás. pero con tus aportes dan ganas de hacer cosas y siempre nuevas. un abrazo amigo necesitamos muchos con tu actitud.
ResponderEliminar¿Qué universidades en Guatemala tienen la Gestión Cultural como carrera? ¿En qué Colegio de Profesionales están inscritos los gestores culturales? Creo que en Guatemala esta ocupación aún no está catalogada como profesión, nos falta mucho para poder ver a la gestión cultural como una carrera "formal" y parte de eso se debe no solo al pensamiento limitado de las autoridades de gobierno y académicas, sino también a la misma imagen que algunos gestores culturales proyectan; es muy difícil creer que alguien que no le pone atención a su arreglo y cuidado personal, pondrá cuidado en los recursos económicos y culturales de otros.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe agrada ver movimiento en este espacio de debate. En Guatemala la Universidad Popular (UP) ya cuenta con una carrera de Gestión Cultural, seguro que resolverán la colegiatura en su momento. De igual forma en esta Guatemala hay muchas cosas que no se catalogan como se merecen y otras tantas que están sobre valuadas, eso es por que tenemos una visión medieval de lo formal, estamos lejos de ser una sociedad que valore el conocimiento por sobre las apariencias; de ahí cualquier cantidad de cuellos blancos dirigiendo varias instituciones en estado de calamidad. Mientras alguien se sienta cómodo en playera y tennis y sepa hacer su trabajo, para mi es suficiente, reflexionemos sobre eso.
ResponderEliminarpero la U P solo tiene un diplomado
ResponderEliminarMe parece que la Galileo o la Del Valle están organizando ya la carrera en licenciatura, pues han tenido también diplomados, que valen la pena. La verdad se necesita ya profesionalizar la Gestión Cultural, para que además se valorice la cultura en su verdadera dimensión.
ResponderEliminar