miércoles, 25 de febrero de 2015

De los sabores



POR ARELY CHAMALÉ






En una reunión de comida que tuvimos con unos amigos internacionales (México, Chile, Rusia y Guatemala), la comida fue uno de los temas principales. 

Mi amigo compatriota debatía que si los tamales son guatemaltecos o de dónde son. A su defensa, salió la chica mexicana diciendo: “Pero si en México también los tenemos”.

La comida es de quien la hace. Ya si quieres le pones nombre y apellido para hacer la salvedad de que es tu versión del platillo.


 
´Plov´, comida tradicional de Tatarstán, Federación Rusa


La identidad es un conjunto de varias situaciones, y en la distancia se busca hacer ver que Guatemala es más cosas que las que salen en los medios de comunicación; pero muchas veces lo que mostramos es un grito eterno y necio y pueril diciendo: ¡Hey, acá estamos!



FOTOS ANTIGUAS DE GUATEMALA, Facebook 



Los chuchitos, los tamalitos, los recados y la pepita; olores-sabores-texturas que manan del recuerdo a cada momento en que vas a hacer la compra.  

Entras a la frutería y buscas los ingredientes con los que creciste. De lejos buscamos los sabores de la niñez, los sabores de la casa, los sabores de las reuniones familiares. Casi imposible encontrarlos en el viejo mundo. Como los caldos de gallina del Mercado Central no hay otros; y las tostadas con guacamol o salsa nunca saben igual en otro país.

Los sabores nos dan historia y propiedad, y sólo en el paladar de cada persona es que se hace la identificación. Los caldos y guisos de mi madre, nadie más que mi madre los puede hacer.

En la distancia nos aferramos a lo que creemos que nos hace ser guatemaltecos: ir a comprar una barra de pan no es lo mismo que ir por Q5 de pan francés, o ir por patatas (o papas), plátanos de Canarias o bananos. Los colores de las verduras tienen vida, sentir los granos de frijol entre los dedos cuando metes la mano en los costales. Todo esto nos recuerda bien una cena o cuando íbamos al mercado San Martín y nos acomodábamos el costalito en el lomo.

Guatemala se lleva en el estómago, es en donde sientes las emociones, y eso; jamás cambiará.


Arely Chamalé


Estudiante de Ingeniería Mecánica de la USAC y egresada de la ETMA. “Los contrastes muestran cada día dicotomía en los seres humanos”.
He visto la mayoría de mis amaneceres en el lado norte de la ciudad de Guatemala, sobre la carretera Jacobo Árbenz, al lado de árboles y aves que me recuerdan la importancia de la vida.
Mi llegada a las letras fue por un desamor en la adolescencia.
Llamada Arely desde siempre, aunque pocos conocen mi nombre.
Amante de las letras y del arte en general. Las imposiciones se pueden y deben ir al carajo.
Me describen como agria, ácida y silenciosa. Procuro no gastar mis energías con personas vacías.
Mi mejor escuela es la vida.
No se debe caminar en círculos, por lo menos no en los mismos.
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