miércoles, 14 de septiembre de 2016

El mal de ojo no es un cuento

POR LIGIA R. GÓMEZ TOC



He tenido la oportunidad de trabajar con médicos extranjeros como intérprete traductora y no es poco común que llegue un paciente a expresar sus síntomas así: "Tengo una bola en la rodilla", "después de comer me aviento" o "es que me dio un susto". Incluso, si los médicos a quienes asisto hablasen español, estoy bastante segura de que no entenderían qué está sucediendo cuando se les habla con este tipo de expresiones… 

Tomada del estudio "El desarrollo de la Antropología de la Medicina en Guatemala" de María Teresa Mosquera Saravia en la revista Desacatos

Por supuesto, yo nací y crecí en Guatemala, y sé que una "bola en la rodilla" se traduce a inflamación en un tendón (o similares, dependiendo de la causa), que estar "aventado" es tener acumulación de gas en el tracto intestinal, que el "susto" lo conforman una serie de síntomas que varían en cada paciente pero que suelen coincidir con signos de estrés postraumático. Así que mi proceder es averiguar un poco más sobre los síntomas y explicárselo al médico de manera que él también los entienda. 

El médico decide: Para la acumulación de gas va a tomar Dimeticona al sentir las molestias.
Yo le explico al paciente: Sentirse aventado se da porque tiene mucho gas en los intestinos, dice el doctor que cuando usted se sienta así va a tomar un medicamento llamado Dimeticona.
El paciente sonríe y dice: Muy bien. Gracias, doctor.

La cultura juega un papel importante en cómo un síntoma se expresa y evalúa, así como en la relación clínico-paciente. Por ello, es importante que el personal de Salud sea consciente de la información pertinente sobre la cultura de un paciente, su etnia, origen geográfico y hasta su religión. Guatemala ha sido marcada por una sociedad racista y excluyente que no contempla, ni mucho menos respeta, la diversidad. Hemos llegado al extremo de que la gente no va a un hospital porque se topa con una serie de barreras que van, desde el idioma hasta la falta de comprensión de cómo viven la sintomatología, y de ello deriva, en gran parte, la poca confianza en el personal y las constantes quejas de que la atención en Salud es mala.

De esto último, la ministra Hernández ofrece fortalecer el Modelo Incluyente en Salud que se basa en tres pilares: el derecho a la salud, la pertinencia cultural y la perspectiva de género. Trabaja con agentes de salud comunitarios que son originarios del lugar donde funciona el modelo, hablan el idioma de su comunidad y son un canal de comunicación entre médico y paciente, para lo cual son capacitados por personal del Ministerio de Salud y acreditados por el Ministerio de Educación. 

En los Acuerdos de Paz, el Gobierno se comprometió a: “Reconocer los estudios no formales de los promotores de educación y de salud y otorgarles, mediante la correspondiente evaluación, las equivalencias” (inciso 5.2 de las “Garantías para el Reasentamiento de la Población Desarraigada”). La Ministra, coherentemente, ha decidido dar importancia al MIS, especialmente porque de acuerdo con sus declaraciones, hay siete “enfermedades mayas” que se asocian con la mortandad infantil.

Sin embargo, no faltan los comentarios acerca de que hay mayores preocupaciones que “curar los males inventados con nuestros impuestos”. Algunas personas piensan, equivocadamente, que los males asociados a la cultura no son ni merecen ciencia y mucho menos inversión; incluso, se han atrevido a decir que somos el hazmerreír de la comunidad internacional. No pueden estar más equivocados... 

Lucrecia Hernández Mack es la primera mujer frente a la cartera. Foto y fuente: Jesús Alfonso/Soy502
 
¿Y si les cuento que no son cuentos y que el mal de ojo y el susto, por ejemplo, sí pueden diagnosticarse con base en manuales internacionales?

Es posible hacerlo, al menos desde la Psiquiatría. Y si bien es cierto que el MSPAS no está fortaleciendo la atención a estos malestares desde la perspectiva de la Salud Mental, es importante socializar algunos datos para hacer ver que escandalizarse por la decisión de la Ministra es producto de racismo y exclusión.

Para comenzar, la Asociación Americana de Psicología explica que la entrevista cultural “ayuda a los clínicos a valorar los factores culturales que influyen en la perspectiva de los pacientes respecto de sus síntomas y opciones de tratamiento”.

Es por esto que se ha incluido en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM, por sus siglas en inglés) una Guía para la Formulación Cultural y un Glosario de Síndromes Dependientes de la Cultura. Un síndrome dependiente de la cultura se limita a un área geográfica o cultural específica y que ya tiene un significado coherente a ciertos conjuntos de experiencias y observaciones. Noticia del día: los síndromes culturales NO solamente existen en Guatemala. En Etiopía, Somalia, Egipto, Sudán, Irán y otras sociedades africanas llaman zar a la experiencia de que los espíritus poseen a un individuo. En China existe el shen-k’uei, equivalente al jiryan o dhat en la India, consistente en un cuadro de ansiedad e hipocondría relacionado con eyaculación, pigmentación blanca de la orina y sensaciones de debilidad y agotamiento. Y la definición del mal de ojo en este manual, dice literalmente que “los niños son una población en riesgo. Los síntomas incluyen insomnio transitorio, gritos sin causa aparente, diarrea, vómito y fiebre en la infancia o la niñez. Algunas veces los adultos (especialmente mujeres) sufren este trastorno”.

Por su parte, la Asociación Psiquiátrica de América Latina creó la Guía Latinoamericana de Diagnóstico Psiquiátrico para aportar una perspectiva latinoamericana a la Clasificación Internacional de Enfermedades Mentales (CIE-10), con base en la realidad, cultura y necesidades de dicha población. Su enfoque está centrado en el paciente, basándose en un estudio de J. Mezzich (quien ha contribuido al estudio de las variaciones culturales en la Psicopatología) del 2002, en el cual refleja que más del 70% de los psiquiatras sugiere que las clasificaciones deben considerar el contexto cultural y adaptaciones regionales. Dicho sea de paso, según la GLDP, se diagnostica el mal de ojo con el código F45.8  y el susto con F45.1 (ambos utilizados para codificar Trastornos Somatomorfos).

Todo esto no quiere decir, aclaro, que los síndromes dependientes de la cultura sean producto de un trastorno psiquiátrico, pero sí refleja que la cultura se manifiesta en las percepciones de un individuo respecto a su sintomatología física. 

Así pues, queda claro que es necesario identificar las expresiones idiomáticas y constructos culturales que comunican un malestar o necesidad de atención. Decir "nervios", "pujo", "mal de ojo", “estar chipe” y otras, son una manera de exteriorizar aquello para lo cual no se conoce otro nombre y que por generaciones se ha llamado y tratado de una manera específica. Sí, el médico puede tratarlo, y sí, el paciente merece que se tome en cuenta su cultura y lenguaje para recibir tratamiento.

Sin complicaciones, sin faltas de respeto, sin ver al paciente como alguien que no sabe nada o nos hace perder el tiempo. Explicarle a una persona con palabras que comprenda y tomen en cuenta su contexto no es ir de un término ignorante a uno científico, no es de un mal inventado a uno real; es partir de un término construido culturalmente hacia otro edificado de la misma manera, es transmitir expresiones idiomáticas y modelos de pensamiento de una cultura hacia otra.

Preguntar al individuo qué piensa que causó la enfermedad, cómo la explica y qué recomiendan en su comunidad para curarla para unir ese conocimiento al tratamiento médico, no es burla ni retroceso, ni pérdida de tiempo y recursos, sino inclusión. Es velar por un tratamiento humano e integral en una sociedad diversa...

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Psicóloga, estudiante y aprendiz de todo un poco. Lucho por descubrir si lo que digo que soy y lo que pienso que soy, concuerdan con lo que hago y si todo eso realmente soy yo



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3 comentarios:

  1. Me parece un gran adelanto para la inclusión en el sistema de salud de Guatemala. Ha habido un auge en el reconocimiento del papel de la mente, las emociones y la psique en las manifestaciones físicas de un paciente, sin embargo el mal de ojo y la NO pronta acción y reconocimiento de una situación de riesgo en la niñez está relacionada con un aumento en la morbilidad y mortalidad, sobre todo en nuestra población vulnerable. Esa debe ser una prioridad en el sistema, un compromiso de los Acuerdos de paz y un compromiso con todos y todas los guatemaltecos. Fuera de todo lo viciado que está el sistema estamos caminando, poco a poco.

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  2. El velón 7 mechas.
    El velón 7 mechas está especialmente preparado y concebido para poder realizar peticiones de eliminación y limpieza, también para la lucha y la eliminación de magias negativas o brujerías de todo tipo.
    El ritual es especialmente eficaz y sus resultados no se hacen esperar.
    El ritual presente requiere de unas reglas que debemos respetar y así obtener toda su energía y potencia.
    Existen en color rojo y en negro.
    El color rojo se usa para trabajos contra dominio sexual, amarre sexual, contra envidias, traiciones...
    El color negro para la lucha y eliminación de magia negra, brujerías, malos espíritus, presencias oscuras, mala suerte.....
    El auténtico velón debe ser elaborado en pura cera.
    En su elaboración contiene un puñadito de hierbas según la tradición para tal propósito. Es decir, servirá para acelerar y potenciar nuestra petición.
    El velón rojo se elabora en día martes y en hora de Marte y en luna menguante. El velón negro sigue el mismo procedimiento que el rojo, pero en día sábado y en hora de Saturno.
    El primer paso es consagrar y ritualizar la cera que se va a utilizar para su elaboración.
    Una vez ya elaborado el velón debe ser consagrado, y ritualizado (activado)para estar listo para su uso.
    La invocación de consagración, y ritualización pertenece a la tradición oral.
    Los rituales se realizan mirando al Norte.
    Se pueden realizar en un altar orientado hacia el Norte.
    Se procede a la apertura del ritual, posteriormente se efectúa el ritual, y finalmente procedemos al cierre del ritual.
    Dicho altar puede ser cubierto por un mantel blanco (el mantel no puede ser sintético, pues todo tejido sintético atrae a energías negativas).
    Por supuesto hay unas normas que debemos tener en cuenta, por ejemplo realizarlo con los pies descalzos, no llevar nada metálico (oro, plata...) encima, etc...
    Por otra parte no es muy aconsejable efectuar este ritual si la persona interesada no tiene conocimientos o ha recibido algún tipo de formación, pues podemos recibir un rebote kármico fuerte.
    A modo complementario, el velón puede ser uncido con diferentes aceites, destinados según la petición.
    En resumen, sus efectos (siempre y cuando lo realice un buen operador o iniciado) serán realmente notables, sin necesidad de esperar muchos días en ver sus resultados, de manera totalmente efectiva.
    Trabajos: + 34 673133101(washap)

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  3. El velón 7 mechas.
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    El ritual es especialmente eficaz y sus resultados no se hacen esperar.
    El ritual presente requiere de unas reglas que debemos respetar y así obtener toda su energía y potencia.
    Existen en color rojo y en negro.
    El color rojo se usa para trabajos contra dominio sexual, amarre sexual, contra envidias, traiciones...
    El color negro para la lucha y eliminación de magia negra, brujerías, malos espíritus, presencias oscuras, mala suerte.....
    El auténtico velón debe ser elaborado en pura cera.
    En su elaboración contiene un puñadito de hierbas según la tradición para tal propósito. Es decir, servirá para acelerar y potenciar nuestra petición.
    El velón rojo se elabora en día martes y en hora de Marte y en luna menguante. El velón negro sigue el mismo procedimiento que el rojo, pero en día sábado y en hora de Saturno.
    El primer paso es consagrar y ritualizar la cera que se va a utilizar para su elaboración.
    Una vez ya elaborado el velón debe ser consagrado, y ritualizado (activado)para estar listo para su uso.
    La invocación de consagración, y ritualización pertenece a la tradición oral.
    Los rituales se realizan mirando al Norte.
    Se pueden realizar en un altar orientado hacia el Norte.
    Se procede a la apertura del ritual, posteriormente se efectúa el ritual, y finalmente procedemos al cierre del ritual.
    Dicho altar puede ser cubierto por un mantel blanco (el mantel no puede ser sintético, pues todo tejido sintético atrae a energías negativas).
    Por supuesto hay unas normas que debemos tener en cuenta, por ejemplo realizarlo con los pies descalzos, no llevar nada metálico (oro, plata...) encima, etc...
    Por otra parte no es muy aconsejable efectuar este ritual si la persona interesada no tiene conocimientos o ha recibido algún tipo de formación, pues podemos recibir un rebote kármico fuerte.
    A modo complementario, el velón puede ser uncido con diferentes aceites, destinados según la petición.
    En resumen, sus efectos (siempre y cuando lo realice un buen operador o iniciado) serán realmente notables, sin necesidad de esperar muchos días en ver sus resultados, de manera totalmente efectiva.
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