En mis ojos ahora se dibuja una sonrisa que durará por
lo menos tres inviernos.
Tres inviernos con sus lluvias y sus fríos.
Tres inviernos que lloverán para besarnos; debajo del
cielo, de la noche, de tu vientre.
Has venido a encender la fogata de mi vida, tenía que
decírtelo.
Y la manera en la que siento tu calor es inexplicable,
es más que a la medida, es más que suficiente.
Porque ya no tengo que inventarte, porque ya no tengo
que buscarte, me has encontrado tras la ventana de la vida y allí estaba
escondido yo. Y allí estabas escondido vos. Escribiéndonos sin conocernos.
Mandando cartas y mensajes, sin remitentes, sin destinatarios.
Porque hoy somos dos pájaros volando libres, sin
escondernos, como gaviotas en el cielo, felices también porque ya tenemos
libros, mares y montañas con nuestros sueños dibujados.
Has venido sin avisar, te ha traído el viento (o el
tiempo) como una salida de sol, como un epítome amanecer. No sé cómo has
llegado hasta aquí, si por el norte de tu espalda o el poniente de tu pelo
alborotado.
Has venido a encender la fogata que estaba apagada, la
de mis adentros (la de mi invierno), ahora somos también un par de fueguitos
jugando en la cama sin cansarse, flameando sin miedos, ardiendo sin dudas, sin
las ganas de apagarse.
Ahora yo sólo me muero por verte bailar debajo de la
lluvia, besarte la nuca mientras sonríes de lado, dibujar tus párpados tibios
sobre la ventana y besar para siempre tus negras y mojadas pestañas.
Después de tus ojos y los míos, después de la lluvia y
el frío, de los atardeceres de septiembre, de los besos del fuego, de los ojos
del mar, ahora sí, mi amor...
Escritor de poesía y prosa romántica. Montañista guatemalteco con estudios en
Psicología Clínica y Psicoanálisis
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Los creyentes dogmáticos de
cualquier doctrina religiosa son el necesario atraso de la Humanidad. Ellos,
con su torpeza radical, han logrado que un reducido número de personas, en
contraposición al dogmatismo que practican, reflexionen y propongan nuevas
explicaciones del origen del universo o la vida...
Por ejemplo, los llamados
cristianos de cualquier denominación son las personas más conformistas, ellos
gritan aleluya al ritmo que les impone su pastor. Como mansas ovejas, conducen
sus vidas por una senda sin dudas, donde todo lo que acontece o deja de suceder
es obra de su dios. Muy bien por los que desean vivir así, pero su fanatismo es
tan radical y cerrado que no pueden comprender por qué el universo es más ancho
que la certeza de su dogma o por qué los cometas regresan en órbitas elípticas
en la Vía Láctea, o por qué los murciélagos son mamíferos. Total, para este
grupo de personas eso no importa. Lo único que deben saber es que su dios
existe y que un pastor les dirige su vida (definición de pastor: ser humano con
cualidades oratorias sobre una sola idea). Aparte, esos humanos en su fe creen
en lo invisible y que lo mágico justifica sus vidas e incluso usan la violencia
para imponer sus creencias. Basta recordar las cruzadas o el terror por
la fe en la conquista de América. Aquí, su virulento fanatismo los hace atacar
a todos aquellos que no gritan amén al compás de su simplicidad. Hoy en día, en
las llamadas redes sociales, aparecen con sus testimonios tal cuentos suprarrealistas
donde, por arte de la magia de su dios, según sus conocimientos y comentarios,
algo milagroso les sucedió. Le reitero, estimados lectores, felicitaciones por
ellos y por los que desean creer que así es la vida o el origen del universo…
Aquí está el detalle, diría
el cómico Cantinflas, es cuando le intentan imponer a otros su criterio y, si
uno no responde o por respeto evita la confrontación, lo insultan. Me sucedió
el otro día que un hermano de la fe protestante, porque yo no compartía sus
dogmas, me terminó diciendo que tenía "cara de pija". Fue cuando le
argumenté que el irrespeto era parte de su doctrina y que me debía una
disculpa. Obvio, me volvió a insultar y dijo que él sólo a dios le pedía
perdón. Entonces, le argumenté que dentro de su concepción religiosa, todos
somos criaturas de dios, por ende, yo era parte de su dios. A lo cual, entró al
debate otro hermano cristiano que escribió: "quienes sólo los que buscan
la fe son salvos" (un poco enredada su sintaxis). En consecuencia, desde
la construcción ontológica, les expuse que dadas dos categorías contradictorias
de su fe, es decir, de su dios, se invalida la doctrina. A lo cual me llamaron
pecador y esas peroratas que tienen los fanáticos cuando no tienen
argumentación. Con la prudencia del caso me retiré de la estéril polémica pero
le puse el punto final sobre mi tesis del respeto.
Entonces, el hermano
cristiano me preguntó en qué universidad estudiaba yo para tener tesis. Ante
tanta ignorancia, no tuve voluntad para argumentar. Pero, para usted lector, ¿una
tesis es el resumen o síntesis de una idea, es la conclusión para explicar algo
de forma directa? Por esto sostengo mi tesis de que los cristianos dogmáticos
son personas sin respeto en sus vidas y Leviatán, ese monstruo mítico de la
Biblia, expone (desde sus creencias) los estertores finales de una fe
religiosa; esta se agota por su intolerancia. Además, porque hay un grupo de
personas que se explican la vida y el origen del universo desde otras
perspectivas y sin la necesidad de imponer sus criterios por la violencia, como
lo hacen los cristianos…
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Gran revuelo causó mi comentario en la red social de
“caralibro”, en la que incluí una fotografía de la bandera de Guatemala a media
asta, manchada de sangre y que ondeaba en el Parque Central de Guatemala en el
año 2011. La fotografía fue publicada en la BBC de Londres junto a otras imágenes
de una concentración de personas que repudiaban el asesinato del cantautor
argentino Facundo Cabral en plena luz del día en la Ciudad de Guatemala.
Le acompañé de un texto acerca de lo que se ha
convertido Guatemala, que decía así: “…somos uno de los diez países con más
asesinatos del mundo per cápita, el 4º con más desigualdad entre ricos y pobres
de Latinoamérica y una de las sociedades más racistas, militarizadas e
influenciadas por el fanatismo religioso... no hay mucho que celebrar”.
Apenas y le di al botón de “publicar” y comenzó a
hacerse viral; mientras escribía esta nota, llevaba más de 3,700 “me gusta” y
ha sido compartida más de 3,300 veces, lo que me hace pensar que muchas, pero
muchas personas, piensan de similar manera.
Sin embargo, entre muchos comentarios a favor, también
los había en contra, como es normal, y hubo muchos comentarios e incluso mensajes
“inbox” plagados de insultos, amenazas e intentos de justificar lo indefendible
como lo son los temas que mencioné.
Les dolió, según ellos, que hablara mal de su “paiz”
(así, con “z” y sin tilde en la “i”), porque, curiosamente, quienes se
sintieron ofendidos escriben en un lenguaje poco comprensible, mal redactado,
repetitivo y lleno de errores ortográficos.
Alguno dijo por ahí que la BBC era un periódico barato
al cual no había que creerle. Supongo que para esta persona un periódico
"respetable" podrá ser Noti7 o Telediario, que son entes tan
mercantilizados que transmiten más anuncios comerciales y sucesos que noticias.
Las personas molestas en su patrio ardimiento caen
una y otra vez en la misma dinámica y, al no verse capaces de debatir con
argumentos válidos, intentan desacreditar a las personas poniendo siempre
delante su orgullo nacional.
Ya lo decía George Orwell: “Los nacionalistas no sólo
no desaprueban los hechos atroces realizados por su bando, incluso tienen una
capacidad increíble para ni siquiera oír hablar de ellos”. Porque quienes se
sintieron incomodados por mi publicación (pocos eran por los temas que
mencioné), les molestaba ver “su bandera” manchada de sangre.
"Usted no es guatemalteco…". Bueno, nací en Guatemala,
ese es el requisito, ¿no? ¿Qué más da el haber nacido en Londres, Uganda,
Montevideo o en Tangamandapio? El nacer en un lugar en particular no te hace ni
menos ni más persona, ni mejor ni peor conocedor del tema que te interesa.
"¿Y qué propone para mejorar?". No tengo propuestas,
fíjese usté. ¿Cuándo ha visto que los críticos de cine digan qué tipo de
películas hay que hacer?
"¿Y usted qué ha hecho por el país?". Cabal, le cuento que
he sido reconocido como “Guatemalteco Ilustre” en el año 2014 por mis programas
de montañismo con personas con discapacidad, que participo activamente en
proyectos que han beneficiado a población estudiantil de áreas rurales con
becas, también promuevo a Guatemala en conferencias,
exposiciones y literatura en varios países de Europa... Haría más cosas, pero
créame que no me da tiempo.
"Usted sólo lo hace por llamar la atención...". Pues claro,
¿y para qué es el Facebook entonces? Todas las personas quieren llamar la
atención en Facebook, ya sea publicando 1,300 selfies en el baño, con malas
fotos de lo que se están comiendo o repitiendo cadenas de oración para pedir la
sanación de alguna persona con muerte cerebral, ¿es en serio? ¡Clínicamente esa
persona ya está muerta!
Muchas personas dijeron haber estado de acuerdo en
casi todo lo que escribí, menos en la parte que tocó a la religión, porque
dicen que no existe tal fanatismo religioso en el país… y eso es triste, porque
el Estado está siendo influenciado por religiosos conservadores que entorpecen
el avance en temas de sanidad, educación sexual y derechos humanos, entre
otros. Hay más iglesias que escuelas y los medios de comunicación cada vez
están más plagados de propaganda “celestial”.
Guatemala es de los pocos, o tal vez el único país, en
donde uno se sube al transporte público para ser evangelizado, no sólo por el
que se sube a predicar, sino por el mismo chofer que ha llenado el bus de
estampitas de Jesús y frases tales como: “Si no vuelvo es que me fui con Dios”
o “Dios guía mi camino”, mientras conduce desjuiciadamente; suicidas que llevan
a sus pasajeros al borde de la muerte.
Por todo el país se escucha que Guatemala ha sido “bendecida
por Dios”. ¿Cómo puede ser esto posible en un país con tantas carencias e
injusticias sociales? Eso es lo que intentaron explicar en el documental “Mercado
de la fe”, de la cadena española RTVE...
Bien podría no contestar a todas estas cuestiones,
pero pienso que es un buen ejercicio para la mente ver las opiniones de todo el
mundo e intentar en lo mínimo posible que más de alguien despierte, y deje de
pensar que Guatemala es un buen sitio para vivir; no lo es, está más que
demostrado en los índices mundiales de pobreza, injusticia, violencia, desigualdad,
mala educación… Guatemala siempre aparece en los peores puestos…
Para escapar me fui a probar suerte a
las montañas(más de 400 ascendidas en Europa, África
y América). Soy guía de montaña titulado en Europa, conferencista,
galardonado escritor y fotógrafo. Presidente de Entreamigos-Lagun Artean. Migré a tierras vascas (2009) siguiendo el amor
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La habitación es pequeña. Hay dos
lámparas, sobre la mesa, encendidas. Un tragaluz sucio confunde la luz y la
desgarra. A veces se pregunta si algún día quedará ciega de tanto ver el
reflejo del sol dibujado en las esquinas.
No le gusta quedarse a oscuras. Es
temprano, pero siempre debe haber luces artificiales, luces de ciudad, a veces;
luces de ojos, en otras. Le gusta ver a los hombres directamente; no sabe bien
por qué. Toda la verborrea de las demás y el empoderamiento le aburren; sabe
que la igualdad es un mito: la luz de este sol, de este mismo sol, no brilla
sobre Lutz.
No visita su tumba a menudo. Lutz se ha
quedado solo, pero no importa. En Albania, sobre la vereda, del otro lado del
río, por sobre las montañas, a través de las cuevas, hay una cruz. No es en
memoria de él. Es el recuerdo del hombre que mató. Nunca supieron bien cómo se
llamaba, pero esa tarde silbaba el primer movimiento del Quattro Passi. A
su padre no le pareció singular el hecho.
El hombre caminaba despacio y ella y Lutz
lo saludaron desde arriba. Los vio; sonrió pero no se detuvo.
Ahora mismo se ve los pies: los pies
tibios y secos son señales de civilización. Los normandos y el que cruzó el
Rubicón y dijo alea iacta est, los españoles que sodomizaron la tierra y
hasta los bárbaros, todos se secaron los pies después de la victoria. Nunca
antes.
Lutz se secó las manos. No estaban rojas.
La sangre del hombre era oscura. Sobre la tierra, mientras se perdía, parecía
rocío. Su sangre de niña era clara. Parece que la edad oscurece las vísceras.
Lutz se había dormido: había caminado por horas hasta llegar a la gruta y la
había llevado en todo el trayecto sobre sus hombros, porque eso hacen los
padres con sus princesitas. Los pinos reposan sobre las laderas. Ella se
sorprendía que pudieran mantener el equilibrio.
Lutz había despertado con el ruido. El
hombre estaba dentro de la gruta. Vio a su hija y sintió que toda Albania
entraba en guerra con Grecia y Montenegro; el Cáucaso y los Alpes ardían. Su
hija lo vio matar al hombre en los albores. Nunca más la cargó sobre sus
hombros; no había flores sobre la llanura.
Los días son extraños desde que Lutz ya no
está. Murió mientras dormía.
Ella, a veces, cuando la luz se magnifica,
deja un ramillete de flores amarillas sobre la tumba de su padre y le da de
comer a los patos. Después se arregla y deja que la luz le brille sobre los
muslos. La tumba del hombre en Albania siempre recibe flores frescas...
Ciclista.
Cuentero. Guitarra-bajo-ukulele lover. Editor de la Mandrágora y procrastinador
forever
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