lunes, 11 de julio de 2016

Una tragicomedia llamada Jimmy

POR ALVARO ARMAS



En su ensayo “El 18 brumario de Luis Bonaparte”, Marx, ese autor tan manoseado por quienes ostentan las ideas de izquierda o las resistencias al sistema capitalista, ese autor al que todo mundo utiliza para lanzar alguna una crítica (precisamente lo que hago ahora mismo), ese autor tan importante en un tiempo y que aún aparece en el presente como referencia para hablarle al capitalismo tardío, ese mismo, siguiendo la idea de la dialéctica, sentencia sobre la historia al pensarla de manera cíclica y ve en esta cómo los fenómenos se repiten y, de alguna manera, dan lecciones sobre lo que se sucede en esa realidad en la que somos parte.

En este célebre ensayo, menciona sobre la intentona de Luis Bonaparte por repetir las hazañas de Napoleón por toda Europa. Aquellas pretensiones no estaban ajustadas a su tiempo, quedando para tantos como un “Napoleón pequeño”. 

En mención de aquellos eventos y siguiendo una de las célebres frases de Hegel, diría que: “La historia se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa”. Es posible que tal afirmación aplique a lo acontecido en el país, no desde abril de 2015, sino desde la década de los 60s en la contrainsurgencia, cuando va tomando forma ese proyecto oligárquico-militar que se concreta en muchos aspectos con la existencia del Partido Patriota, liderado por el exbinomio presidencial. Esta es LA TRAGEDIA, y tan solo es la primera parte.

“Ni corrupto ni ladrón”, fue la luz cegante que atrajo a tantas palomías; ciertamente, el representante de la “nueva política” capitalizó el desencanto, atrajo el descontento y la luz cegante no dejó ver quiénes conformaban sus redes, quiénes estaban detrás de su pantalla y que representaban lo mismo que se pretendía dejar atrás. Esta es la segunda parte, LA FARSA...

Foto: ACAN/EFE y Panamá América 

LA FARSA puede hacer desplazo de la memoria, LA FARSA puede estar cocinando muy dentro de ella una nueva TRAGEDIA. Los tiempos parecen no ser piadosos, presentan cosas o personajes que no están ajustados a la época, que dan una sensación de atraso cuando hacen guiños al pasado y le sonríen a los protagonistas que fueron parte medular de la TRAGEDIA. Pero, ¿por qué juega la historia de esa manera? Marx, de alguna manera se lo pregunta y se responde diciendo que: “para que la Humanidad pueda separarse, riendo de su pasado”.

97% de los crímenes cometidos durante el conflicto armado fueron perpetrados por el Ejército de Guatemala. Eso, es tragedia. El proyecto Patriota y sus aliados que han llevado a la actual crisis, son TRAGEDIA; tragedia que podría pensarse en rima, como dice Mark Twain, comparados con los tantos desaciertos irrisorios que genera el actual Presidente de la República, al menos para aquellos que vemos desde la memoria.

¿Qué comunica Jimmy Morales?, ¿qué viene desde su lenguaje? Da la sensación de un personaje que no está ajustado, que transmite cierto aire de descolocamiento, y esto se evidencia en los espacios que ha compartido con los titulares de la CICIG y el MP; sus expresiones y actos transmiten enmohecimiento e incomodidad al ponerse como paladín de una moral básica al repartir fábulas y poemas o querer devolver legitimidad a quien la ha perdido.

También se puede notar cierta aridez y vacío cuando se le compara con los retos que tiene frente, de los cuales se esperaría responda a la altura de un líder en estos momentos de crisis. Por otra parte, se muestra ajeno a las heridas populares, como cuando dice estar satisfecho del desalojo violento de comunidades q’eqchis en Semuc Champey, tal y como lo hizo el Movimiento Cívico Nacional cuando ofrece todo el apoyo a los alcaldes ante los antejuicios, dando tregua a la impunidad, aunque su discurso pareciera ser otro, o cuando respalda las acciones del Ejército que usurpan el trabajo de otros ministerios, etc.

Pero no representa sólo esto, también sigue representando para tantos ese “ni corrupto ni ladrón” con el que se anunció desde el inicio, aún representa el carisma y lo popular, el hombre de Dios nada malicioso y bienintencionado que está sacando a este país adelante, y todo eso es sublime ante una población que sólo cree. En contraste con lo anterior, se asemeja a un souvenir vintage consumido por la población que siente que este es su espacio y momento.

Por otra parte, por las características propias de este tiempo que llaman “posmoderno”, donde se ofrecen tantas muecas, tantos guiños para que riamos y nos distraigamos, para que el pasado quede obsoleto y no nos sirva, para que la historia ya no sea un referente de futuro; todo eso lo representa muy bien Morales cuando, al referirse al conflicto armado, dice: “lo hecho, hecho está; no lo podemos cambiar”. Desde su discurso, la memoria ha perdido validez, ya no nos sirve para aprender y deja de ser conductora de futuro, como bien anuncia Guy Debord en “La sociedad del espectáculo”.

Recogiendo lo mencionado y quizá para ya no manosear tanto al autor de “El Capital”, para ser suave y satisfaciendo a quienes no estén de acuerdo con lo dicho, sea mejor la frase atribuida a Mark Twain, cuando dice: “la historia no se repite, pero rima”, refiriéndose a que los fenómenos de la historia no se repiten como tal, pero no hay que olvidar que pueden ser parecidos y en lo parecido está la rima…

Más cierto aún, es que esta novela se repetirá si la ciudadanía no asume su papel más allá de la Plaza o las redes sociales; algo dentro de nosotros tiene que morir para asumir los retos del momento, nuestra psique tiene que sufrir cambios importantes.

Si el ciudadano no entra al ruedo del sistema político, no genera demandas y propuestas; si la ciudadanía no cambia sus actitudes, no hace cambios profundos uno a uno y se convierte en esa fuerza que dé lugar a una nueva cultura política que entre en el ruedo del sistema, la maquinaria seguirá oxidada y es necesario empujarla y darle la forma que necesita o, quizá, crear la que nunca tuvo…

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Alvaro Armas         LACONÍAS


Huehueteco, pedagogo, politólogo y gestor cultural. He estado en diversos proyectos artísticos, de educación y políticos. Gusto de la lectura, creo en todas aquellas acciones de incidencia política, creativas y generadoras de vida 

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1 comentario:

  1. Retomar perspectivas clasicas para entender la tragicomedia que muchos llaman ingenuamente como "democracia" vivimos es muy oportuno y necesario, oportuno en el sentido de que necesitamos abrir nuevas ventanas para el analisis y reflexion para superar el funcionalismo que ha reducido nuestra vida politica a la "participacionitis"y necesario ya que frente a la avalancha de discursos altisonantes cargadas de idealismo y enagenacion como los multiculturalistas que enmascaran de manera perversa la realidad.

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