jueves, 7 de julio de 2016

Niñez migrante: los vacíos de atención en Guatemala

POR MYRELLA SAADEH



Estamos aquí para compartir con ustedes la situación de la niñez de nuestros países. En mi caso, la de Guatemala...  



Conferencia de Saadeh en Ginebra en el evento organizado por el Centro Católico Internacional de Ginebra (CCIG) y la Fundación Marista (FUNDAMAR) paralelamente con la 32ª Sesión del Consejo de Derechos Humanos del 18 al 25 de junio. Foto: Mundo Ejecutivo Express          

En cuanto a las violencias que sufren y que en muchos casos les orilla a tomar decisiones que ponen en riesgo su integridad y su vida, entre ellas, ser integrados a maras y pandillas que, en Guatemala, a pesar de ser temidas cotidianamente, no se conoce con certeza cuántas son o cuántos chicos y chicas las integran. Hay estimaciones del año 2014 sobre 70 clikas y 19 mil pandilleros. 1,026 estaban recluidos en centros carcelarios.

Otros niños, niñas y adolescentes se ven obligados a huir, a migrar de su país en condiciones que violan sus derechos humanos en los lugares de origen, tránsito y destino. Este no es un fenómeno nuevo, sin embargo, no se cuenta con suficiente información estadística real en materia de migración de la niñez y adolescencia.

En cuanto a información sobre elmero de niños, niñas y adolescentes no acompañados encontrados y retenidos en centros de áreas fronterizas en Estados Unidos, la U.S. Customs and Border Protection indica que entre el año 2009 al 30 de abril del 2016, han retenido un total de 57,463 niños, niñas y adolescentes, cantidad mayor que la de los hermanos países de El Salvador (49,239) y Honduras (41,461). También reporta que el número de nez migrante no acompañada procedente de Guatemala ha venido prácticamente duplicándose a partir del 2011, así:
 

2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
Total







(hasta








30de








abril)

1,115
1,517
1,565
3,835
8,068
17,057
13,589
10,717
57,463

Fuente: U.S. Customs and Border Protection


Por su parte, el Instituto Tecnológico de México considera que el número de niños y niñas de la región centroamericana retenidos en los mencionados centros, representa cerca de un 30%, lo que permite inferir que el fenómeno es mucho más grande.

Se ha identificado que las principales causas de este fenómeno migratorio y su incremento en los últimos años están asociados a las diferentes violencias; desde la estructural, que genera exclusión social, hasta otras modalidades de violencias, como se verá más adelante.

La violencia estructural ha quedado puesta de manifiesto en el último informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que da cuenta de que en Guatemala, durante los últimos 11 años, se han incrementado los indicadores de pobreza y extrema pobreza en un 4.7% y 2.1% respectivamente, y se ha reducido en un 9% la clase media.

En coherencia con la cifras de empobrecimiento, Guatemala ha venido viviendo en los últimos años un retroceso en el cumplimiento de los Derechos de la Niñez. Y ejemplifica esta afirmación, el descenso en la cobertura educativa (tasa neta) del nivel primaria en un 11.5% entre el año 2005 y el 2014, y en 1.3% en el nivel preprimaria. Se reporta también el incremento del 4.1% de niños y niñas con bajo peso al nacer ocasionando en los últimos dos años, y la muerte de 3,543 niños y niñas menores de 1 mes en los hospitales nacionales del país.

Estos factores son, indudablemente, expulsores de niñez y adolescencia que están en la búsqueda de otras y mejores oportunidades económicas para ellos y sus familias. Esto denota también la insuficiente inversión de los sucesivos gobiernos en los Derechos de la Niñez, que se refleja en los pobres indicadores, entre ellos, el grave descenso porcentual de la cobertura educativa en el nivel primaria en los últimos 4 años, que contribuye para que más de 4 millones de nos y niñas quedaran fuera del sistema escolar en el año 2015, y que se amplíe el déficit en los programas de atención y prevención que debe realizar el Ministerio de Salud, vacío que no posibilita superar los indicadores de morbi-mortalidad y desnutrición de la niñez y adolescencia. Si se compara la inversión directa en materia de los Derechos de la Niñez para el período 2011-2014, se refleja que, a pesar de que se ha incrementado en un 38%, el monto de $0.84 diarios que se aplican en educación, salud y protección, son insuficientes.

A la fecha, no se ha dado pleno seguimiento a las recomendaciones 99.19 y 99.35 del Examen Periódico Universal que proponen al Estado de Guatemala destinar suficientes recursos financieros, garantizar una coordinación eficaz entre las instituciones públicas encargadas de mejorar la efectividad de los derechos del niño y destinar los recursos financieros y humanos necesarios al Ministerio de Desarrollo Social, la Comisión Presidencial contra el Femicidio, la Secretaría de Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas y la Comisión Nacional de Reforma Policial para garantizar que se cumplan sus objetivos.

El tránsito migratorio se caracteriza por colusión y corrupción en el paso de fronteras, procesos de traslado clandestino de niños migrantes acompañados o no, una visión criminalizada y cosificada (es decir, como negocio) del migrante, aun si es menor de edad, y de lo cual se aprovecha el crimen organizado y la debilidad en los controles fronterizos. Adicionalmente, la legislación e institucionalidad no poseen enfoque de Derechos de la Niñez y los programas de atención en Guatemala y países fronterizos son escasos, insuficientes e insostenibles.

Este fenómeno deviene en un mayor deterioro de la dinámica familiar, incremento de las violencias, especialmente caracterizadas por extorsiones a las familias, lo que impacta en la salud mental, privación de libertad y violación a su derecho de identidad, al ser despojados de sus documentos personales de identificación. Tristemente, la enfermedad y muerte aparecen en el panorama de este fenómeno social.

Sin embargo, en Guatemala se registran otras violencias a las que urge poner un alto, ya que no sólo expulsan a los niños y niñas de sus familias, sino también del país. La violencia física es una de ellas. A pesar de que se ha venido insistiendo en eliminar el castigo físico, los golpes y todo tipo de agresiones, estas siguen siendo aplicadas a los niños y las niñas sin limitación alguna. En los últimos dos años (2014 y 2015), el Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala (INACIF), ha desarrollado 1,956 peritajes por lesiones en personas menores de  edad, todos ellos compatibles con el maltrato, independientemente de otras agresiones que nunca fueron denunciadas y, por lo tanto, invisibilizadas. La cifra relativa a maltrato infantil tipificado como violencia intrafamiliar contra niños y niñas fue altísima: 35,805 casos. Lo anterior hace reflexionar que hace falta un cumplimiento más pleno de las recomendaciones 99.16, 99.56 y 99.57 ya que aún es necesario incorporar acciones que den respuestas a las sugerencias al Estado de aplicar políticas y programas para prevenir la violencia contra las mujeres y los niños, así como promulgar legislación que prohíba explícitamente los castigos corporales de los niños en todos los entornos, incluidos el hogar y la escuela.

El INACIF también reporta entre los años 2014 y 2015, 5,098 peritajes asociados con el abuso sexual, data concentrada en el rango de edad que pertenece a la adolescencia, y principalmente en las mujeres. Sin embargo, se reportan 749 casos de abuso sexual en la primera infancia, lo que resulta duramente perturbador. Mucha de esta violencia tiene repercusiones serias en otros fenómenos: el embarazo de las niñas y adolescentes entre 10 y 14 años y el matrimonio a temprana edad. En el año 2014 y hasta agosto de 2015, se reportaron 14,629 embarazos, lo cual, si se cruza con su escolaridad, resulta que, según el Informe Circunstanciado 2015 de la Procuraduría de los Derechos Humanos, el 85% de las embarazadas que llegan a los hospitales no tienen ni 6º grado de primaria.

La Procuraduría de los Derechos Humanos reporta que entre 2009 y 2015 se registraron 1,148 casos de explotación sexual comercial, de los cuales 477 son de menores de edad. 30% de los casos no refleja la edad de la persona víctima.

En la Red Niña Niño, espacio en donde confluimos más de 30 organizaciones sociales a favor de la niñez y adolescencia, queremos en este breve tiempo poner de manifiesto nuestra preocupación por la situación de este importante sector de población. Durante el año 2015, 4 diferentes comisiones de trabajo que han dado lugar al mismo número de informes o miradas alternativas desde los mecanismos de Examen Periódico Universal de Derechos Humanos, Informe Alternativo y su respectiva adenda que recoge la voz de la niñez frente al Comité de Derechos del Niño, la Declaración de Dakar sobre Educación con Calidad y los Objetivos del Milenio, han llegado a similares conclusiones:  los niños, niñas y adolescentes de Guatemala, como titulares de derechos, siguen en situación de abandono en todo el sentido de la palabra por parte de aquellos actores responsables de su cuidado, de garantizarles la vida y el disfrute de sus derechos humanos, en su calidad de garantes y corresponsables...

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Myrella Saadeh      LABERINTO 

El nombre de esta columna es complejo, desde donde propongo hacer un recorrido por la situación de la niñez de Guatemala. Soy psicóloga, catedrática de la Facultad de Humanidades de la Universidad Rafael Landívar e investigadora, y soy directora de PAMI. Una organización que promueve los derechos y la participación de la niñez y adolescencia desde 1989

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