viernes, 10 de julio de 2015

Xela y Guate, dos luces en la oscuridad (fotoreportaje)




POR CRISTINA CHIQUIN Y CHRISTIAN ECHEVERRÍA






El pasado sábado 4 de julio se realizó en la ciudad de Guatemala una nueva manifestación, y esta vez fue una jornada nocturna en donde se pide al presidente Otto Pérez Molina que renuncie y dé cuentas por los actos de corrupción que se han dado durante su gestión de gobierno.

Mujeres, niñas, niños, ancianos, estudiantes y familias completas portaron velas, faroles, antorchas y consignas en donde piden justicia y denuncian la impunidad y corrupción existentes en el país.

Esta
protesta se sumó a las que se vienen realizando hace meses donde se pide una reforma del Estado así como la cancelación de las elecciones. 

 

Las jornadas han estado integradas por diversos sectores y en un año electoral como este, estos movimientos de indignación han sido históricos en un país donde ha prevalecido el silencio, hoy roto por las movilizaciones.






















 

Pero el presidente no ha renunciado aún, protegido por Baldizón, el CACIF y EE.UU. La CICIG y el MP siguen investigando y caen los corruptos tanto en el sector público como en la empresa privada con la cooperación de algunos operadores de Justicia  y la oposición de otros. La reforma electoral que se exige en la calle se impulsa parcialmente desde el TSE y la sociedad conforma hoy multisectoriales para discutir los cambios en el Estado. 

 

Estira y encoge. Avances y retrocesos. Victorias y derrotas. Todo resulta complejo. 

 

Aunque cada sector ha tenido un papel en esta crisis, el movimiento ciudadano anticorrupción y reformista #RenunciaYa y #JusticiaYa, ha tenido una conquista indiscutible desde aquel 25 de abril: La unidad nacional por el cambio. 

 

Y de esto da cuenta la manifestación de Quetzaltenango (alguna vez región independiente de Guatemala y hoy segunda ciudad del país), que en medio de los escándalos de corrupción del caudillo y candidato a la alcaldía del PP, Armando Paniagua, cuestionamientos a la Comuna de Jorge Rolando Barrientos y de un movimiento local intimidado por los políticos; salió bajo la misma noche y con la misma esperanza sobre la oscuridad nacional, a manifestar a su parque central y a sus calles de piedra usando la luz. 

 

Cientos de quetzaltecos diversos entre los que resaltaban los universitarios, artistas y representantes de organizaciones de municipios del departamento pidieron al país, además de lo ya gritado en la capital; que se reflexione sobre el voto. Y lo hicieron románticos, como lo hacen todo, cantando el himno y su Luna de Xelajú con la misma solemnidad con la que viven.  










 
                     









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Se hizo esta nota en colaboración con el Grupo de Mujeres Ixchel.  


Artículo reeditado el 10/7/15.

   

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