En este tiempo de redes sociales (como en otras épocas) una se topa con muchos comentarios sin fundamento que, al final, sólo merecen respirar profundo y seguir adelante. La
diferencia es que estos ahora son globales, virales, abundan, se vuelven tendencia y cualquiera
puede comentar sintiendo que posee la verdad absoluta desde la comodidad de su hogar (detrás de una pantalla/identidad que les permite escudarse y aparentar que conocen todo el
panorama).
Foto: Xavi Meler/fotocommunity.es |
Hoy hablo del movimiento #NiUnaMenos. Hace unos días las redes sociales estallaron en apoyo a la causas de las mujeres (también se catapultó una lucha contra la desigualdad,
la misoginia, el machismo y cómo estos influyen en la vida de cada persona). Además, se hicieron actos públicos y
manifestaciones en apoyo a la lucha contra los feminicidios en toda América y otras partes
del mundo.
Queremos, mediante este texto, plantear algunas
preguntas y consideraciones al respecto del feminismo y los feminicidios. Los feminicidios, a pesar que son un acto violento y de
estar tipificados como delito, en pleno siglo xxi aún son un asunto que se mantiene
calladito por buena parte de la sociedad. Somos pocas las que nos atrevemos a
hablar acerca de esto que le puede pasar a cualquiera.
Primero,
si yo digo que soy feminista, empiezan los estereotipos machistas a actuar; nos ven raro, somos las locas, las histéricas, las exageradas, las que nos hacemos las víctimas. Es, precisamente, para esto que sirven
los movimientos como el del pasado 19 de octubre; para crear espacios, conciencia, abordar estos temas y
convertirnos en la voz de las que no hablan, de las que se quedan calladas por
miedo.
Considero
que el
movimiento #NiUnaMenos es un logro enorme para las mujeres, sin embargo, se ve minimizado en cierta
parte en las redes por un cuestionamiento inapropiado: “¿Por qué dicen ´ni una menos´ y no ´nadie menos´?”. Vi a muchos compartir este estado en Facebook y Twitter. Eso del copy-paste. La mayoría de personas no reflexiona acerca de los mensajes subliminales de
cualquier cosa que comparten en Internet. Son estas tendencias cotidianas, son
estos micromachismos, los más peligrosos. Porque vuelven a normalizar la violencia
contra las mujeres y minimiza los esfuerzos en nuestro espacio público. Explicaré de forma detallada mi posición feminista.
¿Por
qué ´ni una menos´, en vez de ´ni una más´? Como explicó el activista Juan
Pensamiento: “Con ´ni una más´ están hablando de aceptar muertes; con ´ni una menos´ están hablando de respetar y preservar
vidas. Sutil pero enorme diferencia en una sola palabrita”.
Ni una menos nos posiciona a todas como mujeres
diciendo que no aceptaremos la violencia contra ninguna de nosotras, esto bajo el principio de sororidad. Entre nosotras
estamos diciendo que ninguna falte, en vez de decir: ni una más en las estadísticas
que a nadie le importan. Es cuestión de
acuerpamiento frente a un problema social.
Y
te
preguntas,
¿qué es eso de sororidad? Es identificarnos entre nosotras como mujeres, apoyarnos y agruparnos. En este caso en particular, para no aceptar el feminicidio. Es muy importante la sororidad para nosotras, porque es a esta hermandad a la que le
tiemblan, a la que le teme la estructura patriarcal, y como dice Beauvoir: “Nadie es más arrogante, violento, agresivo y desdeñoso
contra las mujeres que un hombre inseguro de su propia virilidad”.
Quiero
recalcar que el feminismo no es una lucha de mujeres contra hombres, es una
lucha general por la equidad. Una batalla diaria que se da contra los machos,
contra los gobiernos, los medios que nos comercializan, los de comunicación y más.
Al
ser
yo, Andrea, una fotógrafa, compartí una imagen mía, un autorretrato que realicé hace unos meses, una foto
que muestra todo el sufrimiento que una mujer lleva por dentro. Todos pueden
opinar, pero únicamente las personas víctimas de abuso pueden
realmente decir cómo se siente. La foto, precisamente, se titula: “Así se siente”. La idea de la imagen es crear empatía...
Esta
posición de la empatía es vital, no es cuestión de que se vea bonito en mi
estatus de Facebook o que diga: “es que yo también soy un poco feminista”. Busco exponer cómo
nosotras nos vemos, cómo vivimos y sentimos la vida. Es empezar a incluirnos y hacer los espacios para reivindicar la vida de cada mujer.
Cuando
cualquiera afirma que la violencia contra las mujeres es algo que le pasa a
“esas chavas que andan en malos caminos”, esa es una actitud falocéntrica. La realidad es muy diferente cuando se
deja de ver desde esa posición lejana y se empieza a entender que el problema
con la violencia hacia la mujer es real y constante.
Este
mismo principio, la empatía, nos hace ser solidarias con la gente que se muere
de hambre todos los días, con las personas que deben migrar para encontrar un poco de paz; nos
hace ser solidarias con el ambiente y el planeta, nos mueve a firmar una petición para
que dejen de matar elefantes.
Sin
embargo, constantemente, nos encontramos con personas diciendo: “es que no es lucha de mujeres sino de todos
ante la violencia”, con el fin de minimizar las acciones que reivindiquen nuestra causa. Claro, podría ser un buen principio si
tienes conciencia social y velas por los derechos de todos. Pero, en este caso, si no te manifiestas a favor de la causa feminista estás haciendo
daño. Decir: “no es un problema exclusivo de las mujeres” y no adherirte a la
causa es lo mismo que no apoyar. Es como si tuviera a PETA, Greenpeace o
AMA alegando porque las mujeres no son las “únicas que sufren”, porque
cínicamente podrías crear un hashtag
#lasballenasprimero, #losgatossimpre o #cualquierhashtag en el día que se impulsó la
campaña de #NiUnaMenos.
De
acuerdo a los comentarios que leí en las redes, creo importante hacer estos
cuestionamientos con un dejo de ironía: ¿Sería mejor, entonces, entrenar a las especies en
peligro de extinción para defenderse
de los humanos, en vez de entrenar a los humanos para que dejen de
cazar a las especies en peligro de extinción? Entonces, ¿por qué una parte de
la sociedad nos manda a cursos de defensa personal o a cubrir nuestros cuerpos para no provocar, en vez de enseñar a no atacarnos?
El
feminismo expone que la conducta machista está matando mujeres. Además, está violando y está violentando
a las mujeres por el hecho de ser mujeres. En ese sentido, no tienen correlación
los homicidios o las muertes a nivel mundial (como lo quieren hacer ver algunos) con el de las mujeres que matan por ser
mujeres. Por aparte, como carga de violencia adicional, nos violan porque piensan
que pueden usar nuestro cuerpo, nos lastiman porque piensan que están en la
condición de hacerlo. El asesinato de mujeres, por razón de género, se llama feminicidio. Por eso nosotras (las que lo entendemos así) vamos a manifestarnos en contra.
En
Guatemala, cada cuatro horas ocurre un feminicidio, eso es preocupante por ser el segundo país con la
tasa más alta de feminicidios en el mundo, pero es aberrante también porque se esconde tras una fría estadística y no con el rostro real de un
feminicidio. Quiero saber, si describo qué es un empalamiento con lujo de
detalles, ¿cuántos seguirían leyendo al comprender lo horroroso de esta
acción?
Empatía
es plantearnos las cosas como si fuéramos nosotros las víctimas (hombres o mujeres) de esa misma violación. La empatía,
entonces, se debe concebir como si fuera en
nuestra familia, nuestra colonia, nuestro barrio, nuestra ciudad y, el más
importante, nuestro género.
Quiero
plantear unas preguntas y espero que esto nunca más pase. Si Lucía (la niña de 16 años empalada) se apellidara como tú, ¿cómo te sentirías? Si a esa Lucía, quien fue violada salvajemente,
lavada y tirada como si fuera un desperdicio humano, la conocieras personalmente, ¿qué pensarías? Es más, si ella fuera
tu madre o tu hija, ¿acaso ahí sí existiría la empatía? Me pregunto con dolor: ¿por qué la empatía debe suceder sólo si es alguien cercano a ti?, ¿por qué
tenemos
que apelar a tu conciencia, cuando los feminicidios son algo que todos sabemos que ocurre?
#NiUnaMenos es un grito de desesperación. Un ¡basta ya! Es importante recalcar que a nosotras no nos matan en
supuestos triángulos amorosos, como lo quiere hacer ver la prensa morbosa. Dejémonos
de cuentos; nos matan porque creen que tienen
el poder de matarnos y lo hacen porque somos mujeres.
Daniela Castillo, periodista, contracomentó mi estado de Facebook, ese que compartí con el autorretrato
titulado “Así se siente”, porque un contacto mío escribió acerca de “nadie
menos”, en vez de #NiUnaMenos. Esto nos
pasa todo el tiempo, respiramos profundo y tratamos de explicar las causas del feminismo y nuestra
actitud de respeto.
Sin
embargo, el mismo contacto reiteró: “No es NECESARIO, LAS MUJERES NO SON SANTAS, pero el punto es
QUE PROBLEMAS EN LA SOCIEDAD HAY MOTONES PORQUE HACERSE LAS VICTIMAS, SOLAMENTE USTEDES NO SUFREN A NIVEL NACIONAL
Y GLOBAL... NUESTRO PAIS COMO MUCHOS LLORAN SANGRE”.
El
comentario explica por sí solo la actitud misógina de este contacto. Pero, por
respeto, voy a ampliar la explicación: primero, “hacerse las víctimas”; esa
frase definitivamente muestra a una persona que vive ajena a la realidad. Segundo, “son santas”; ¿acaso el respeto depende de la “santidad”? Tercero, “solamente ustedes no sufren a nivel nacional y global”; hay que hacerle
conciencia a este tipo de personas que el hashtag #NiUnaMenos fue creado para luchar contra los
feminicidios, no contra los homicidios.
Me
permito ampliar la idea. Es como que si al contacto le gustara el Barcelona,
pusiera #VivaElBarca, y yo viniera a alegar que no está incluyendo a todos los equipos de todos
los deportes y le pusiera #VivanTodosLosEquiposDeTodosLosDeportes. Pero este ejemplo, se trata simplemente de deportes, no de muertes,
como en el feminicidio, eso es lo grave. Espero que el ejemplo sea lo
suficientemente claro.
Por
último, él tiene una opinión desinformada. De esos comentarios que se hacen
desde fuera, desde lejitos o desde alguien que naturaliza la violencia contra las mujeres y sólo restan importancia a nuestra
causa. Cuando leo, “hacernos las víctimas”, ya ni ganas de explicar me quedan, porque hay veces en que la mara habla sólo porque tiene boca, no tiene información.
Por
lo que la periodista Daniela argumentó de forma general sobre el
feminismo, esto es para anular los cuestionamientos machistas que enfrentamos:
1. El feminismo habla de equidad, no de igualdad; son dos cosas distintas. Ve las definiciones si te interesa
ese debate.
2.
Dar el asiento no debería de ser cuestión de género. Lo da quien se le da la
gana darlo. Machismo es que nos hayan criado pensando que los hombres lo tienen
que dar. Además, somos ninguneadas por machos todos los días, todo el tiempo, así que si les toca ir
parados no creo que no les aguanten las piernas.
3.
Cuando digo “machos” es diferente a decir hombres. No es lo
mismo. Yo no odio a los hombres (me encantan
los hombres y respeto a los que
los son, a las que no, a todxs).
4.
Nadie está diciendo que no hay maltrato ni violencia hacia los hombres. NADIE. Porque ese no es el tema hoy. Comentarios
como los tuyos desvían el foco de atención de lo que realmente es importante.
Nos están matando a diario. Busca las razones por las cuales mueren los hombres
y luego por las cuales mueren las mujeres. Yo tengo más probabilidad de ser violada y asesinada que
tú, pero no estoy diciendo que no te pueda pasar. Lo que pasa es que esto no se trata de ti. Se trata de nosotras (el punto crítico,
diría yo).
5.
*Decir "armarse de huevos" es una frase sumamente machista enraizada en nuestro lenguaje. Y la estás
usando para hablar de "igualdad".
6.
Si te preocupa tanto las muertes violentas de los hombres pues arma tu
colectivo, haz una convocatoria y sal a protestar también. Pero no nos estés
criticando NUESTRA lucha, estás restando en lugar de sumar.
*Nosotras
tenemos millones de huevos más que tú. Investiga cómo funcionan las vaginas. Eso no te hace menos
hombre ni a mí más mujer.
Entonces,
hacen cortocircuito, empiezan a decir que uno es radical, extremo y que no es lo que quisieron decir, pero está escrito y
no tiene vuelta.
Acá
tal vez dirás: “yo paro de leer porque qué aburrido y estas son ´feminazis´”. Uso la expresión ‘feminazis’ porque está de moda, aunque no la entiendan. Eso pasa, eso nos pasa y ¿sabés
qué? Que tú parés de leer no quiere decir que nosotras hemos parado de decir lo
que pensamos.
Es
importante analizar las expresiones del machismo. Al decir “las mujeres no son santas”, por oposición se
deduce que debemos ser el demonio. Hay que rebatir estas expresiones, porque en la
mentalidad del “macho” hay que satanizarnos para desvirtuar nuestra causa. Con
esta mentalidad muchos creen tener el derecho sobre nosotras. Por eso les asustan
las mujeres dueñas de sus propios cuerpos. Pero cuando es tu “santa madre”, entonces sí lo entendés. ¿Porque te dio la vida? ¡No! Las mujeres
no somos maquinas reproductivas y nuestra valía no está determinada por quién parimos o quién no.
Las
discusiones sobre la santidad, la virginidad y la pureza tienen que ver con
nuestras vaginas y el uso que les damos. Desde la percepción patriarcal,
mientras menos las usemos es “mejor para las mujeres”, porque según su idea, sólo somos reproductoras de la especie.
Esos son los estereotipos. Entonces, pregunto: ¿por qué a un hombre se le elogia por
decir: “es que yo me he “cogido” a cuanta mujer he tenido enfrente?, ¿por qué les
suma y a nosotras nos resta? Espero que comprendas el punto acerca de
la equidad. ¿Se supone que tenemos que aguantarnos los criterios que la
sociedad machista imponga acerca de nosotras? Pero a un hombre se le respeta porque es “santo” per se. ¿Acaso el respeto tiene que ver con la “santidad”?
No
señores, todos valemos lo mismo, practiquemos el sexo o no, lo tengamos cuantas veces lo queramos, nos vistamos como sea. Se trata de que debo explicarte por qué tú no puedes tocarme (ni nadie) sin mi consentimiento, porque yo no soy un objeto, no soy una
cosa.
Se trata de que yo debo exigir respeto, pero tú sólo me respetás cuando yo me visto o
actúo de la forma en la que tú me quieres imponer. Tú no has entendido que YO soy un ser humano capaz de elegir,
decidir y manifestarme.
En
resumen, diría mi amiga Lizzy Rojas, “es más duro cuando la gente no quiere
comprender, porque hacerlo implica cuestionarse sus privilegios”.
Quedate
acá, informate, escuchá, lee, entendé, aunque no te guste. Hacé de cuenta que
no sos hombre, imaginate, por un momento, que cualquiera, en cualquier momento y sin
importar cómo sos o cómo vas vestido, pueda violentarte al punto del castigo medieval.
El
feminismo no es cuestión de quién cocina, no es cuestión de un asiento en un autobús
o si yo compro la comida o quién paga el alquiler; es cuestión de
respeto. Mi feminismo es fundamento para que los dos juguemos bajo las mismas reglas.
Pero, te recuerdo, no es un juego, esta falta de equidad pone en riesgo la
vida de las mujeres.
No
pedimos que las mujeres carguen con lo más pesado (o el tambo de agua Salvavidas), como nos contestan los machos. Exigimos a la sociedad que se nos juzgue de igual forma, porque
tenemos las mismas capacidades y las mismas aptitudes, exigimos el mismo
trato, el mismo salario y el mismo respeto.
El
feminismo
no se trata del machismo al revés o aplicado de las mujeres hacia los hombres. Se trata de caminar juntos, de vernos a
la par, de acabar con este sistema de dominación/sumisión que el patriarcado ha
impuesto durante siglos y que nos afecta a TODAS Y CADA UNO. Se trata de respetar nuestras diferencias y
crear una sociedad con equidad. Queremos equidad, queremos las mismas oportunidades, queremos caminar por la calle sin miedo, queremos crear, queremos ser y, sobre todo,
queremos vivir.
¿Acaso
señalar la problemática hace que tus pensamientos patriarcales de violencia y
arcaicos se empiecen a fragmentar? ¿O te asusta ver a mujeres llorando por
otras mujeres, ver a mujeres luchando por otras mujeres, ver a mujeres levantarse como guerreras y no sólo como objetos sexuales en vez de estar “calladitas y bonitas”? ¿Te estorba una mujer que piensa por sí misma y no se deja definir por lo que
tú crees que está bien o mal? ¿Te molesta que una mujer diga: tú a mí no me vas
a decir qué pensar, qué sentir y qué decidir? Porque si este es el caso, retomo lo anterior, nos hace falta
aprender qué es el respeto.
Si
no eres misógino, si no eres machista, si te proclamas como un hombre “correcto” y que lucha por las causas justas (aunque sea por medio de un “like”), ¿cuál sería tu problema?, ¿en qué te afectaría
que yo proclame mi feminismo?
Estos
cuestionamientos, esperaría, te hagan dudar, pero desde la comodidad de tu posición dominante, creo que no podrás tener una opinión imparcial porque tú no lo has vivido en cuerpo de mujer.
Estas
reflexiones iniciales del feminismo son un tema a debatir por muchos años, hasta que se logre la equidad. Hoy proclamo por las mujeres del ayer, por las de hoy y por las
mujeres de mañana: #NiUnaMenos y te invito a sumarte…
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Andrea Torselli TRAZOS DE LUZ
Máster en Administración de Empresas con estudios en Ciencias Políticas. Fotógrafa profesional |
Luisa Contreras
Psicóloga clínica, educadora de Disciplina Positiva para padres y familias y catedrática de
la Universidad Mariano Gálvez. Se dedica a quebrar esquemas y a cuestionar todo
lo que le rodea
|
Guatemala es una utopía ensangrentada.
No podrás parar de leer esta novela. eBook en Amazon y primeros capítulos aquí
hola Luisa
ResponderEliminarLlegue a tu blog ...universos paralelos... que empezastes en 2008 y dejastes en enero de 2013
Fui leyendo todos tus escritos y mande un mail luisacontreras@gmail.com
Solo hoy al ver q no tuve respuestas puse tu nombre y me di con este blog activo al menos al dia de la fecha de este blog
Te reconoci en la foto y veo que tu profesion actual es psicologa clinica dedicada a ayudar a la niñez guatemalteca
Ahora me pregunto sobre lo de quebrar esquemas y cuestionar todo lo que te rodea
Y sobre asuntos inconclusos
La curiosidad mato al gato
Espero no tener el mismo destino
Mario Luis desde Argentina, otro pais con grandes problemas desde el cambio de gobierno
Saludos
Hasta que no teníais voz el todo iba bien..las mujeres sois un problema que se resuelve con no salir de vuestra casa y os dejéis llevar x la mano (sensata razonable y noble) del hombre
ResponderEliminarHasta que no teníais voz el todo iba bien..las mujeres sois un problema que se resuelve con no salir de vuestra casa y os dejéis llevar x la mano (sensata razonable y noble) del hombre
ResponderEliminarExcelentes planteos. La equidad es imprescindible. Felicitaciones a las autoras.
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