miércoles, 25 de noviembre de 2015

La violencia en nosotras

POR ELIZABETH ROJAS 



Quiero comenzar agradeciendo a Asuntos Inconclusos por este espacio en el que hablaremos de género.

La primera columna he querido dedicarla hoy, 25 de noviembre, Día Internacional de la No Violencia Contra las Mujeres, a lo que hemos incorporado sin querer y nos hace tanto daño.

Hablamos mucho de los agresores fuera de nosotras, pero poco de cuando nosotras mismas agredimos, muchas veces inconscientemente, a otrxs y a nosotras mismas...
 
Foto: Francesca Woodman

Nos agredimos cuando nos colocamos cargas superiores a nuestras fuerzas y luego nos frustramos cuando no lo logramos; nos hacemos violencia cuando nos molesta no tener la imagen que el sistema patriarcal ha establecido como ideal.

También somos violentas contra nosotras mismas cuando no nos permitimos equivocarnos, cuando nos comparamos con otras, cuando permitimos que las opiniones ajenas determinen nuestra vida.

Ejercemos violencia cuando no escuchamos nuestro corazón, cuando los prejuicios, los mandatos que de niñas recibimos, el qué dirán y otros cucos se interponen entre nosotras y la felicidad.


Nos violentamos cuando adoptamos como permanente una postura de víctimas ante la vida, cuando rehusamos reconocer nuestra responsabilidad en las malas decisiones tomadas, cuando decimos “me va mal en el amor”, en lugar de sentarnos a revisar nuestro patrón de selección y los factores que lo influyen para modificarlo.

Somos violentas cuando culpamos continuamente a nuestras parejas anteriores de que la relación no haya funcionado, cuando nos dejamos consumir por el rencor, cuando planeamos la venganza.

Ejercemos violencia cuando nos colocamos un precio y permitimos que se nos trate como mercadería. Somos violentas cuando dependemos, cuando cedemos para no confrontar, cuando callamos.

Somos violentas cuando insultamos a otras mujeres, cuando nos burlamos de ellas; cuando en lugar de  aliarnos, nos destrozamos entre nosotras. Cuando criticamos ofensivamente a una mujer en un cargo público, como no lo haríamos con un hombre.


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Y es que si queremos impedir que los demás ejerzan violencia en contra nuestra, debemos comenzar viendo hacia adentro, reconociendo con honestidad cuánta de esa violencia hemos naturalizado y cuánta infligimos en nosotras y otrxs.

Deseo que este día y todos los demás, cada una de nosotras diga: “Elijo una vida sin violencia y comienzo por mí”.

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Elizabeth Rojas       ManiFiestro 


Cuestionadora y confrontadora. Apasionada y fiel a sí misma. Nerd y feminista sin rabia. Mujer en deconstrucción




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5 comentarios:

  1. me parece que es una reflexión difícil para la mujer, yo pienso que debieran de vivir felices con solo el echo de ser mujer, son tan lindas, y tratar de vivir en armonía con el mundo sin maltratarse ni maltratar a los demás.

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    1. Hola José, gracias por leer y comentar. Es difícil ser mujer, pero muy satisfactorio cuando no nos limitamos sólo a querer ser lindas sino pensantes. De acuerdo con usted en que la violencia no debe practicarse ni con una ni con los demás.
      Saludos, Elizabeth

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  2. me parece que es una reflexión difícil para la mujer, yo pienso que debieran de vivir felices con solo el echo de ser mujer, son tan lindas, y tratar de vivir en armonía con el mundo sin maltratarse ni maltratar a los demás.

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  3. Creo que no es adecuado el uso de la palabra violencia al referirse a actitudes autodestructivas, que por cierto no solo las mujeres tenemos.

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    1. Yo sí creo que muchos (hombres y mujeres) estamos construidos de forma violenta y esto se expresa en la relación con nosotros mismos. La violencia, en esencia, es dominar al otro.

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