viernes, 7 de agosto de 2015

Si los niños votaran...

POR MYRELLA SAADEH 



ganaría el voto nulo o el abstencionismo.

A escasas semanas de las elecciones en Guatemala, 8 de 12 partidos políticos han compartido sus planes de gobierno. 

Como de costumbre, la niñez y adolescencia fueron pobremente incluidas en dichos planes por candidatos y candidatas que han derrochado millonarias sumas en hacernos creer su idoneidad para dirigir los destinos del país.

A pesar de que niños y niñas no se consideran ciudadanos en tanto su minoría de edad, en años anteriores se ha invertido muchos recursos en realizar elecciones infantiles para iniciarlos en la democracia. 

También, a pesar de que han sido imagen publicitaria, esta mayoritaria población no está incluida con seriedad en las propuestas de los partidos.



Es notorio que 7 de 8 planes destinados a los niños son documentos sin mayor información o respaldo y con datos descontextualizados, no oficiales, incompletos, que no reflejan la relevancia numérica y de vulnerabilidad que tiene la niñez en Guatemala y pareciera que sólo fuera posible abordarla desde dos perspectivas: educación y salud; lo que no posibilita abordajes estratégicos.

Este escueto y pobre abordaje de la niñez refleja el enorme desconocimiento que tienen las bancadas y los candidatos sobre la realidad de la niñez en cifras, porcentajes, tasas, tipo de políticas, leyes existentes, funcionamiento de los sistemas educativos y de salud en sus respectivos ministerios y, por supuesto, de sus derechos más allá de los básicos tales como los de protección, garantía y participación.

Al desconocer sus necesidades y problemas y el vacío en el cumplimiento de sus derechos, los partidos hacen propuestas que, a pesar de su obviedad, son imposibles de llevar a la práctica por falta de voluntad política y los altos y demostrados niveles de corrupción.  

Por ejemplo, el PRI de Luis Fernando Pérez, plantea que “…las comidas para los niños que asisten a la escuela deberían alcanzar un sustento mínimo de nutrición para poder mejorar la salud de los niños y la calidad de la educación y la asistencia a la escuela”, frente a mayoritarias compras por excepción en estas carteras en 2014, hasta de un 90 por ciento.

La URNG-MAÍZ-WINAQ de Miguel Ángel Sandoval propone invertir en una reforma educativa coherente con los Acuerdos de Paz que posibilite “…educación pública regionalizada, laica, gratuita, inclusiva, universal y de calidad”, y “…mejorar la cobertura educativa e incrementar los presupuestos de Salud y Educación hasta el 6 por ciento del PIB”. Sin embargo, no plantea cómo incidir en los sectores de poder que históricamente han bloqueado este avance, quedándose en declaraciones de buena voluntad.

En el FCN-Nación de Jimmy Morales, la propuesta se reduce a acciones aisladas y subjetivas como: “Declarar un Estado de Emergencia Nacional para el sistema de Salud y como política de Estado”, o plantear acciones que lucen innovadoras, pero tienen años de estarse posicionando sin mayor éxito tales como “Convertir la atención primaria de Salud en el núcleo del sistema de Salud del país”, en un ministerio que no llega a invertir ni el 2 por ciento del PIB. 


¿Querés aprender a escribir un nuevo relato de tu vida? Inicia el 15 de marzo, 2017. Más información aquí  
 


Y hay planes que pretenden volver a las antiguas estrategias que no han representado mayor impacto para la niñez porque no pasan de ser un discurso político o un mensaje publicitario. Por ejemplo, sectorizar las regiones del hambre para la distribución de alimentos, implementar programas sociales aplicados con anterioridad, regionalizar, descentralizar y desconcentrar sin mayor explicación, renombrar programas de otros gobiernos como “Escuelas Dignas” (como el del FCN), enfatizando ahora el mejoramiento de infraestructura. 

Casi todos caen en la tentación de querer parecer progresistas cuando proponen que "educación con calidad" significa abordar el conocimiento implementando "prácticas globalizadas" a partir de un “currículo tecnológico y competitivo” y “…mayor educación tecnológica dentro del pensum de estudios…”, como lo plantea también el FCN o el PAN de Juan Gutiérrez, con un ministerio al que apenas le han asignado un 3 por ciento del PIB, cuando el mínimo internacional es un 5 por ciento, y por eso no se posibilita el desarrollo de direcciones clave como las de Educación Extraescolar o Educación Bilingüe Intercultural donde se concentra la mayoría de la niñez guatemalteca y a la que ha dejado fuera el sistema escolar.



monitoreodemedios.gt

Cuando se intenta abandonar el esquema Educación-Salud, no se sale del enfoque tradicional. 


El programa recreativo y deportivo que propone Roberto González de CREO-Unionista pretende  “…diseñar, organizar y ejecutar en forma sistemática actividades de aprendizaje de convivencia social... integrándolas en actividades lúdicas y deportivas, particularmente en el deporte colectivo competitivo (como el fútbol)”. No se propone el impulso de otras disciplinas más compatibles con nuestra realidad y que le han traído gloria a Guatemala.


Tampoco hay coherencia entre la millonaria inversión en publicidad y el plan de LIDER que se encuentra en el Facebook de Baldizón. 

Pareciera que no tiene qué proponerle a la población menor de edad y escuetamente desarrolla 3 propuestas: Garantía de la seguridad y soberanía alimentaria, educación para la transformación nacional y deporte y recreación. El mismo discurso y el mismo desconocimiento de los Derechos de la Niñez. 

Si los niños y las niñas leyeran estos planes y pudieran ir a votar en estas condiciones, tampoco querrían elecciones. 

Y si tuvieran que ir a votar, seguramente ganaría la casilla del voto nulo.

::::::
Myrella Saadeh      LABERINTO   

El nombre de esta columna es complejo, desde donde propongo hacer un recorrido por la situación de la niñez de Guatemala. Soy psicóloga, catedrática de la Facultad de Humanidades de la Universidad Rafael Landívar e investigadora, y soy directora de PAMI. Una organización que promueve los derechos y la participación de la niñez y adolescencia desde 1989.



¿No es mejor ser invisible en las calles de una ciudad como la tuya? Segunda novela y tercer libro de Christian Echeverría (2017). Pronto a la venta.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario