ganaría el voto nulo o el abstencionismo.
A escasas semanas de las elecciones en Guatemala, 8 de 12 partidos
políticos han compartido sus planes de gobierno.
Como de costumbre, la niñez y
adolescencia fueron pobremente incluidas en dichos planes por candidatos y
candidatas que han derrochado millonarias sumas en hacernos creer su idoneidad
para dirigir los destinos del país.
A pesar de que niños y niñas no se consideran ciudadanos en
tanto su minoría de edad, en años anteriores se ha
invertido muchos recursos en realizar elecciones infantiles para iniciarlos en la democracia.
También, a pesar de que han sido imagen publicitaria, esta
mayoritaria población no está incluida con seriedad en las propuestas de los partidos.
Es notorio que 7 de 8
planes destinados a los niños son documentos sin mayor información o respaldo y con datos
descontextualizados, no
oficiales, incompletos, que no reflejan la relevancia numérica y de
vulnerabilidad que tiene la niñez en Guatemala y pareciera que sólo fuera
posible abordarla desde dos perspectivas: educación y salud; lo que no
posibilita abordajes estratégicos.
Este escueto y pobre abordaje de la niñez refleja el enorme desconocimiento
que tienen las bancadas y los candidatos sobre la realidad de la niñez en cifras,
porcentajes, tasas, tipo de políticas, leyes existentes, funcionamiento de los
sistemas educativos y de salud en sus respectivos ministerios y, por supuesto,
de sus derechos más allá de los básicos tales como los de protección, garantía y participación.
Al desconocer sus necesidades y problemas y el vacío en el
cumplimiento de sus derechos, los partidos hacen propuestas que, a pesar de su
obviedad, son imposibles de llevar a la práctica por falta de voluntad
política y los altos y demostrados niveles de corrupción.
Por ejemplo, el PRI de Luis Fernando Pérez, plantea que “…las
comidas para los niños que asisten a la escuela deberían alcanzar un sustento
mínimo de nutrición para poder mejorar la salud de los niños y la calidad de la
educación y la asistencia a la escuela”, frente a mayoritarias compras por excepción en estas carteras en 2014,
hasta de un 90 por ciento.
La URNG-MAÍZ-WINAQ de Miguel Ángel Sandoval propone
invertir en una reforma educativa coherente con los Acuerdos de Paz que
posibilite “…educación pública regionalizada, laica, gratuita, inclusiva,
universal y de calidad”, y “…mejorar
la cobertura educativa e incrementar los presupuestos de Salud y Educación
hasta el 6 por ciento del PIB”. Sin embargo, no plantea cómo incidir en los sectores de
poder que históricamente han bloqueado este avance, quedándose en
declaraciones de buena voluntad.
En el FCN-Nación de Jimmy Morales, la propuesta se reduce a acciones aisladas y
subjetivas como: “Declarar un Estado de Emergencia Nacional para el sistema de Salud y como política de Estado”, o plantear acciones que lucen innovadoras,
pero tienen años de estarse posicionando sin mayor éxito tales como “Convertir
la atención primaria de Salud en el núcleo del sistema de Salud del país”, en un ministerio que no llega a
invertir ni el 2 por ciento del PIB.
Y hay planes que pretenden volver a las antiguas estrategias que no han representado mayor impacto para la niñez porque no pasan de ser un discurso político o un mensaje publicitario. Por ejemplo, sectorizar las regiones del hambre para la distribución de alimentos, implementar programas sociales aplicados con anterioridad, regionalizar, descentralizar y desconcentrar sin mayor explicación, renombrar programas de otros gobiernos como “Escuelas Dignas” (como el del FCN), enfatizando ahora el mejoramiento de infraestructura.
Casi todos caen en la tentación de querer parecer progresistas cuando proponen que "educación con calidad" significa abordar el conocimiento implementando "prácticas globalizadas" a partir de un “currículo tecnológico y competitivo” y “…mayor educación tecnológica dentro del pensum de estudios…”, como lo plantea también el FCN o el PAN de Juan Gutiérrez, con un ministerio al que apenas le han asignado un 3 por ciento del PIB, cuando el mínimo internacional es un 5 por ciento, y por eso no se posibilita el desarrollo de direcciones clave como las de Educación Extraescolar o Educación Bilingüe Intercultural donde se concentra la mayoría de la niñez guatemalteca y a la que ha dejado fuera el sistema escolar.
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vida? Inicia el 15 de marzo, 2017. Más información aquí
Y hay planes que pretenden volver a las antiguas estrategias que no han representado mayor impacto para la niñez porque no pasan de ser un discurso político o un mensaje publicitario. Por ejemplo, sectorizar las regiones del hambre para la distribución de alimentos, implementar programas sociales aplicados con anterioridad, regionalizar, descentralizar y desconcentrar sin mayor explicación, renombrar programas de otros gobiernos como “Escuelas Dignas” (como el del FCN), enfatizando ahora el mejoramiento de infraestructura.
Casi todos caen en la tentación de querer parecer progresistas cuando proponen que "educación con calidad" significa abordar el conocimiento implementando "prácticas globalizadas" a partir de un “currículo tecnológico y competitivo” y “…mayor educación tecnológica dentro del pensum de estudios…”, como lo plantea también el FCN o el PAN de Juan Gutiérrez, con un ministerio al que apenas le han asignado un 3 por ciento del PIB, cuando el mínimo internacional es un 5 por ciento, y por eso no se posibilita el desarrollo de direcciones clave como las de Educación Extraescolar o Educación Bilingüe Intercultural donde se concentra la mayoría de la niñez guatemalteca y a la que ha dejado fuera el sistema escolar.
monitoreodemedios.gt
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Cuando se intenta abandonar
el esquema Educación-Salud, no se sale del enfoque tradicional.
El programa
recreativo y deportivo que propone Roberto González de CREO-Unionista pretende “…diseñar, organizar y ejecutar en forma
sistemática actividades de aprendizaje de convivencia social... integrándolas en
actividades lúdicas y deportivas, particularmente en el deporte colectivo
competitivo (como el fútbol)”. No se propone el impulso de otras disciplinas
más compatibles con nuestra realidad y que le han traído gloria a Guatemala.
Tampoco hay coherencia entre la millonaria inversión en publicidad
y el plan de LIDER que se encuentra en el Facebook de Baldizón.
Pareciera
que no tiene qué proponerle a la población menor de edad y escuetamente
desarrolla 3 propuestas: Garantía de la seguridad y soberanía alimentaria, educación
para la transformación nacional y deporte y recreación. El mismo discurso y el
mismo desconocimiento de los Derechos de la Niñez.
Si los niños y las niñas leyeran estos planes y pudieran ir a votar en estas condiciones, tampoco querrían elecciones.
Si los niños y las niñas leyeran estos planes y pudieran ir a votar en estas condiciones, tampoco querrían elecciones.
Y si tuvieran que ir a
votar, seguramente ganaría la casilla del voto nulo.
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Myrella Saadeh LABERINTO
El nombre de esta columna es complejo, desde donde propongo hacer un recorrido por la situación de la niñez de Guatemala. Soy psicóloga, catedrática de la Facultad de Humanidades de la Universidad Rafael Landívar e investigadora, y soy directora de PAMI. Una organización que promueve los derechos y la participación de la niñez y adolescencia desde 1989. |
¿No es mejor ser invisible en las calles de una
ciudad como la tuya? Segunda novela y tercer libro de Christian Echeverría (2017).
Pronto a la venta.
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