O ¿desarrollo humano en el capitalismo? (4 de 4)
Evidencias modernas existen sobre la inviabilidad de este
sistema antihumano. Por ejemplo, el francés Thomas Piketty en su libro El capital en el siglo xxi, reconoce
que el sistema economía-mundo-capitalista es un reproductor de
desigualdad y pobreza, y pese a su postura keynesiana (marxista solapado), no deja de revelar que el sistema amplía la brecha entre
ricos y pobres.
Pero veamos algunos datos.
En sus primeras gráficas demuestra que: "La cuota
decil superior en los Estados Unidos del ingreso nacional se redujo de, 45-50 por ciento
en la década de 1910 y 1920, a menos del 35 por ciento en la década de 1950 (esta es la
caída documentada por Kuznets), y que posteriormente aumentó de menos de 35 por ciento en
la década de 1970, a un 45-50 por ciento en la de 2000 a 2010".
La información vertida en su gráfica implica que
en los períodos de intervención estatal en la dirección de la economía la
participación del primer decil disminuyó, sin embargo, en los períodos liberales
y neoliberales estos se incrementaron. La desigualdad es mayor en períodos en
donde la intervención de un ente regulador de la economía es débil o poco
significativa, y tiende a reducirse cuando existe un agente que regula el
mercado.
La mayor acumulación del sistema capitalista se da
en los períodos liberales y neoliberales, sin embargo, esta se reduce pero no
desaparece en los períodos relacionados con las políticas keynesianas.
Ingresos fiscales en los países ricos, 1870-2010. Piketty |
En una segunda gráfica explica que para el caso de Europa (1) la riqueza privada no se ha equiparado con los ingresos. Desde 1870 a 2010, el único periodo en donde la riqueza privada disminuyó para poder equipararse con los ingresos fue en 1950. Sin embargo, la diferencia entre la riqueza privada y los ingresos fue aún significativa.
Esto implicaría afirmar que la brecha entre la
riqueza y los ingresos más bajos no desaparece. La diferencia de clase en el
sistema capitalista no es eliminada con un modelo keynesiano de Estado de bienestar. El sistema mundo-capitalista simplemente pervive con las políticas
de intervención estatal que son como una reanimación cardiopulmonar (RCP) a un
moribundo.
En la distribución entre la producción y la población
mundial de 1700 a 2012, solamente el PIB de Europa hizo un 47 por ciento del PIB mundial
en 1913, hasta el 25 por ciento en 2012. La población
de Europa representó el 26 por ciento de población mundial en 1913 y actualmente el 10 por ciento
en 2012. Desde 1700 la riqueza se ha acumulado en el continente europeo, se ha
incrementado en América desde 1870 y se redujo en Asia desde 1820, mientras que en
África no ha presentado ningún incremento y lógicamente su participación sobre
el producto global es apenas del 5 por ciento.
Europa, actualmente no ha disminuido su
participación sobre el PIB mundial que en promedio ha sido del 30 por ciento. Asia disminuyó
su participación desde 1700 a 2012, pasando del 60 por ciento al 40, y el continente
americano ha aumentado su participación del 10 por ciento al 25. En contraste con la población, la mayor distribución se concentra en Asia, que aproximadamente es más del 65 por ciento, y así la
población se ha reducido en Europa desde 1913 y se ha incrementado no
significativamente en América desde 1820, mientras que África sigue presentando una
constante población (2).
En la gráfica denominada "Desigualdad mundial
1700-2012 divergencia y convergencia", Piketty nos demuestra que el PIB per
cápita en Asia y África pasó de 37 por ciento del promedio mundial en 1950, al 61 por ciento en 2012 (3). Nos
indica que el PIB per cápita de Europa y América han incrementado en relación
al promedio mundial que pasó del 140 por ciento en 1700, a 225 en 2012, teniendo su
máximo en 1990 con 250 por ciento. Mientras que los PIBs per cápita de Asia y África juntos
pasaron de 90 por ciento en 1700 al 61 en 2012 (4),
presentando su mayor disminución en 1950 con un 37 por ciento.
Estos datos reflejan mejoras en los continentes, sin
embargo, debe recordarse que el PIB por cabeza no es más que un promedio entre población
y que los ingresos generales del PIB de un continente no son indicador que
revela las desigualdades sociales, que en este caso no han desaparecido.
Distribución del capital mundial, 1870-2100. Piketty |
Cómo no negarnos a la economía mundo-capitalista y a su política ultra-neoliberal, cómo no pensar en otro modelo más social, cómo no destruir las nacionalidades, cómo no destruir los patriotismos, el "amor a la patria" y cómo hablar de desarrollo en el capitalismo si lo único que demuestra es la perpetuación de la desigualdad, la pobreza y la brecha, y la existencia de clases sociales que nos encajan en los límites de los Estados nacionales cuando cada comunidad, barrio y aldea es una célula de la producción y reproducción de la vida global.
¿Cuándo podremos decir que somos humanos globales o
ciudadanos universales, y que nuestra "nación" es el universo y nuestra "patria" es el mundo?
Romper los nacionalismos como clase subyugada es uno de los pasos para romper
con el capitalismo que crea Estados-nacionales con territorios
definidos y contradicciones entre los centros urbanos y los rurales, entre otras cosas.
Los datos revelados por Piketty nos demuestran que el actual
sistema no elimina la desigualdad y que la equidad no es su prioridad. Que el
keynesianismo es un paliativo para alargar la vida del sistema y que en
realidad eterniza la acumulación de la riqueza en pocas manos y en continentes
que aprovecharon su situación histórica para tomar ventaja sobre países
colonizados. Por eso nos queda solamente afirmar que el eslogan del actual
sistema es la acumulación.
Sin embargo, debido a esa acumulación, también estamos en el decaimiento de la dirección de las políticas ultra-neoliberales de la vida social y las preguntas ahora son: ¿Debemos continuar con la economía mundo-capitalista, con la intervención estatal para hacer del sistema un ente perenne, sabiendo que aún así no desaparecerán los males que este crea? ¿Debemos esperar a que el capitalismo se profundice no sólo en nuestra vida material sino en lo más sublime del ser humano y en el espíritu de la humanidad? ¿Debemos ver caer la ecología y nuestra especie? Como diría Rosa Luxemburgo en paráfrasis de Boron:
(1) Véase: “Riqueza privada agregada valía unos seis o siete años de la renta nacional en Europa en 1910, entre dos y tres años en 1950, y entre cuatro y seis años de 2010”. Piketty, Fuentes y series: véase piketty.pse.ens.fr/capital21c.)
(2) Véase:Fuentes y serie: ver piketty.pse.ens.fr/capital21c.
(3) Véase:Fuentes y
serie: ver piketty.pse.ens.fr/capital21c.
(4) Véase:Fuentes y
serie: ver piketty.pse.ens.fr/capital21c.
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