No siempre quiero ser una dama,
una madre, una mujer común con grises y nublados.
A veces quiero ser intolerante, evasiva loba…
Quiero que alguien aprecie la celulitis en mis piernas
o las venas azules de mi pecho.
Quiero que me estrujen y corrompan,
y dejen al descubierto
a esa mujer primaria, básica, salvaje.
Lo que quiero decir,
es que algunas noches no está del todo mal
portarme como puta,
amar sin consideraciones, desde las entrañas y fuera
de razón.
Entregar con apuros las impaciencias acumuladas
y que me bañen las ansias de algún malnacido.
Que así, desde mi complicidad,
se sienta un poco liberado de ese personaje
que a diario carga y mal compro.
Quiero ser puta.
De esas que regalan pedacitos de paraíso sin
condiciones.
De esas que si las miras bien, son algo magas,
brujas o hasta hadas;
no exigen, no condenan, no arrebatan…
Quiero ser puta.
No de esas perversas descaradas;
quiero ser de las sabias
sin pasado, sin futuro, sin promesas, ni esperanzas…
Pretendo ser de esas putas ordinarias y regalarme sin
prisas…
sin importarme la paga.
Édyha, poetisa mexicana. Foto: Alan Deck |
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Me encantó mucho. Así debe ser la mujer que actúe con franqueza y sin hipocresías. .
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