POR CHRISTIAN ECHEVERRÍA
Guatemala sigue en las calles, y es en las calles
donde se vive y se observa la realidad del país hoy día.
Ayer, 30 de mayo, hubo otra manifestación gigantesca
en la capital, los departamentos y en varios países que quedará para la historia;
para la memoria de las próximas generaciones.
Otra vez no hubo acarreados o manipulados por
radicales, ni sólo estuvo la clase media, ni fue sólo el fin de la
corrupción la consigna de las masas, como algunos medios y periodistas cercanos al CACIF habían afirmado recientemente sobre las marchas.
Eso sí: Este nuevo poder ciudadano nacional, intercultural y multiclasista emerge con una nueva conciencia política que amenaza al
statu quo: La corrupción no sólo son dos o tres funcionarios públicos
corruptos; es un sistema completo donde también hay grandes intereses económicos y es necesario cambiar.
Eso lo dejaron absolutamente claro los ciudadanos ayer
en sus carteles, en sus gritos, cantos, bailes y con su presencia. En sus caras.
Ni las renuncias de la vicepresidenta y el ministro de Gobernación, ni el
proceso contra los directivos del IGSS o los magistrados de impunidad, ni congelar las cuentas de
Baldetti, ni la propuesta de algunas reformas electorales del TSE para 2019, en
las que el presidente del Congreso, Luis Rabbé, ha buscado protagonismo; parecen ser suficientes o generan desconfianza en este
inesperado sujeto político: el ciudadano. El contribuyente que no quiere
reformas tibias o a la medida de los corruptos, sino cambios profundos y ahora.
Tampoco las declaraciones del ya desconocido presidente Otto Pérez Molina, en las que insiste que no dejará el cargo, o las del CACIF donde le apoya; han logrado que el movimiento ciudadano se apague.
Tampoco necesitó del #RenunciaYa, que
sus administradores cerraron recibiendo las críticas de la opinión pública, para reencontrarse y convocarse en las calles.
El #JusticiaYa es masivo en las redes. Se reconstruye el tejido social, roto por el conflicto armado.
Parece que el ciudadano ya no sólo cuenta con el
lejano 20 de octubre de 1944 en su imaginario como éxito político colectivo. Tiene
ahora además lo que pase desde el 25 de abril de 2015 en adelante.
Aquí las fotos de la revolución ciudadana en la
Guatemala del Facebook, del Twitter, de la espontaneidad y el siglo xxi.
La revolución de la unidad nacional entre el mundo urbano con el rural y del indígena con el mestizo contra la corrupción y por la reforma del Estado, que ya comenzó en las calles y que ahora toca las puertas de las instituciones con la oposición del statu quo: el gran empresariado conservador, los políticos y la geopolítica de EE.UU. en la región.
"Si nos organizamos renuncian todos...", cantaban los estudiantes frente a Palacio. |
Mujeres ixiles subieron al escenario de los colectivos urbanos de arte y exigieron la renuncia del presidente, sus ministros y los diputados, y recibieron el apoyo emocionado de la multitud. |