sábado, 20 de mayo de 2017

Luis de Lión y el deseo de sentido de la vida

Foto: Lukas Avendaño, resignificación de la cultura indígena. Contemporary Performance Artist Anúk Guerrero

POR CHRISTIAN ECHEVERRÍA

Yo no creo que Luis de Lión quisiera ser asesinado y desaparecido por los sociópatas del ejército [1] solo para que un grupo de idiotas hipsters impotentes y egoístas como nosotros lo “recuerde” en un bar de mierda de la “ciudad de Guatemala” 30 años después de su crimen. No. Lo que él quería se lee en el poema de este post, que escribió y que sale en el prólogo de Mario Roberto Morales para su novela El tiempo principia en Xibalbá de Ediciones del Pensativo; él quería cogerse a Brigitte Bardot, que simboliza, igual que la virgen de su obra, el objeto-mundo negado al indígena, individual y colectivamente. 

Sí, así es. Él quería coger, cogerse al mundo y vivir, y en su lucha político-ideológica colectiva quería que otros “indios bajados de la montaña al pueblo” como él también cogieran y vivieran, real y simbólicamente. Punto. 

Freud decía que las religiones (que construyen mártires también en la izquierda) son un intento de negar la muerte [2], pero la realidad es que estas la confirman y reproducen. Además, ¿evitaríamos la muerte sin ejército, sin guerra, sin genocidio, desaparición forzada, sin dictaduras o tortura? 

Yalom [3] dice que el asunto de la muerte es uno de los grandes conflictos existenciales que provocan neurosis, y es verdad que la necrofilia de las religiones con su necesidad obsesivo-compulsiva de crear mártires colectivos es una expresión de esto. 

Frankl [4] y el mismo Yalom decían que el ser humano es más que la suma de sus partes; es decir, más que una estructura cultural (religión, partido o comunidad política). Castoriadis [5] dijo que la historia es una creación poética, y no un relato monolítico. ¿Qué sentido tiene, pues, convertir a Luis de Lión (y miles como él) en un mártir cristiano? ¿Qué sentido tiene matar otra vez al poeta y al ser humano con estos rituales de “memoria”? ¿Qué sentido tiene perder el tiempo en ello, en lugar de coger con Brigitte Bardot (o con la “virgen de mi aldea”), escribir con ella un poema y recordar a Luis de Lión en la cama después del polvo?

Brigitte Bardot

Yo venía de un pueblo donde no había cine
y sus mujeres eran catedrales
Mis ojos sólo conocían los troncos de los árboles
y nunca habían visto un muslo 
Los senos no tenían nada de erotismo
eran frutas llenas de jugo para los labios de los niños 
(…) Los vientres eran surcos para reproducir la vida (…) 
Pero Dios
creó en Paris una mujer
y la exportó envuelta en celuloide
Eras Nuestra Señora 
Mi señora 
Pero sobre todo, eras la Revolución Francesa
Tus piernas eran dos cañones de amor
que disparaban a mis ojos y sacudían mis tímpanos
Brigitte Bardot
yo intenté resistencia
pero tu fuego era demasiado
La aldea que yo traía en la cabeza
fue tomada por asalto y arrasada
Y tuve que abrirte mi corazón
y luego alzar los brazos



Referencias:
[2] Freud, Sigmun (1976). Obras completas, El malestar en la cultura. Amorrortu Editores, Argentina.
[3] Yalom, Irvin D. (1984). Psicoterapia existencial. Editorial Herder, Barcelona.       
[4] Frankl, Viktor E. (1975). El hombre doliente, fundamentos antropológicos de la psicoterapia. Editorial Herder, Barcelona.       
[5] Castoriadis, Cornelius (1975). La institución imaginaria de la sociedad. Tusquets Editores.  


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Una rara mezcla entre psicólogo, poeta, escritor, activista, bloguero y periodista digital que sólo es posible en el siglo xxi. Creador de Asuntos inconclusos


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