Foto: CODISRA/Facebook |
POR JAVIER MARTÍNEZ
Aquí explico lo que, como antropólogo y lingüista, entiendo del caso de la tienda de ropa en línea María Chula y cuya denuncia al MP, por parte de CODISRA, ha causado debate en redes sociales. Para hablar de este caso, necesitamos antes comprender tres conceptos:
• Habitus: es un concepto creado por Bourdieu y que permite entender cómo funciona la vida diaria. En resumen, el Habitus es el producto de mi condición de vida, a su vez condicionada por las condiciones de vida de los otros. En otras palabras, Habitus es el factor que condiciona la forma en que el ser humano experimenta la vida en sociedad. El Habitus crea un «sentido común» compartido.
• Racismo, según Casaús, es «la valoración generalizada y definitiva de unas diferencias (biológicas o culturales / reales o imaginarias) en provecho de un grupo y en detrimento del otro, con el fin de justificar una agresión y un sistema de dominación». No confundamos, por cierto, racismo con discriminación. Discriminar es llevar el racismo a la práctica: consiste en tratar diferente a los otros con base en prejuicios y estereotipos; dicho trato se convierte en un comportamiento (explícito o implícito) sistemático. En otras palabras, el racismo es la teoría y la discriminación, la práctica cotidiana; esa que se da diariamente en el habitus.
• Semántica es la disciplina que estudia el significado de las unidades lingüísticas y sus combinaciones. En otras palabras, cómo una palabra llega a significar algo y, también, cómo una misma palabra puede tener distintas combinaciones y significados. El mismo Saussure dijo sobre la semántica que para el hablante resulta fácil darse cuenta del juego de palabras pero difícil entender cómo funciona.
Entonces, el habitus crea un sentido común compartido, las «reglas de la vida diaria», un sentido de la realidad en que vivimos y que hace imposible negar que la palabra «María» es más que un nombre propio y «chula», más que un simple adjetivo. El uso de «María» como sustantivo propio y de «chula» como sinónimo del adjetivo «bonita» no es racismo porque carece de carga peyorativa y nadie persigue este uso. En otras palabras, usted puede decirle «chula» a su novia «María» sin caer en racismo; insistir en este punto es simplismo infantil y esquivar el problema de fondo.
Sin embargo, «María» utilizado para anular la identidad individual de la mujer indígena que porta su vestimenta maya y «chula» para dar a entender que solo pueden trabajar como empleadas domésticas (con carga paternalista, además) sí es racismo, y es a esa denotación semántica a que CODISRA hace referencia en su denuncia, según su comunicado. En ciertas ocasiones, este uso racista se hace de manera explícita (un cliente que entra a un comercio que ve vacío y grita «¿Hay, María?») pero también suele aparecer de forma implícita (una mamá a la que «se le sale» un "cariñoso" «¡No seas indio!» hacia su hijo por decirle «¡No seas necio!»).
La gran pregunta es: ¿El negocio virtual de venta de ropa con base en tejidos mayas, María Chula, usó peyorativamente ambos términos? La respuesta es «sí» y la clave está en el tipo de negocio que es. Si se tratase de otro tipo de negocio tal vez no pudiera hacerse la asociación semántica entre «María chula» y la carga racista. Quedaría entonces, como muchos afirman, solo una lectura básica y literal de «María bonita». Sin embargo, el término «María chula» en el contexto de ropa femenina / tejidos mayas sí permite una interpretación como lenguaje discriminatorio. El contexto, el habitus, la interpretación semántica del concepto (dónde se usó, grupo étnico de quien lo usó y la actividad económica en que se usó) no dejan lugar a dudas; en el mejor caso podríamos hablar de un racismo implícito al elegir el nombre de la tienda pero racismo al fin. Si usted afirma que ve un negocio de ropa femenina cuyo diseño se basa en tejidos mayas y el nombre «María Chula» no le trae a la mente un grupo de mujeres mayas con sus trajes tradicionales, simplemente está negando el habitus que todos conocemos.
La verdadera alarma está en las redes sociales y la oficiosa defensa que el ladino promedio hace de su idioma español: no permite que una institución ajena a su realidad étnica, como lo es CODISRA, lo rija en un contexto que considera sumamente propio: el lenguaje. Paradójico, por cierto, dado que conocemos miles de casos en los que se ha intentado prohibir el uso del idioma maya en contextos laborales o educativos, donde los ladinos suelen dominar (véase el «Diagnóstico del racismo en Guatemala» del 2006). El punto es que seguir negando la existencia de un lenguaje discriminatorio (y su uso en la vida cotidiana guatemalteca) no hace más que fomentar el mismo racismo y justificar la existencia y funcionamiento de CODISRA. Por otro lado, burlarse del racismo o de las acciones para combatirlo es un comportamiento explícito sistemático que denota discriminación.
“Una revolución en Guatemala que casi nadie esperaba”. ¡No podrás parar de leer esta novela! eBook en Amazon y primeros capítulos aquí
A continuación, respuestas rápidas a algunos argumentos que he visto en redes sociales:
• ¿Ya no puedo usar el nombre «María» ni decirle «chula» a nadie?
o «María» como nombre propio y el adjetivo «chula» como sinónimo de «bonita» no son lenguaje discriminatorio. Ahora, si usted usa «María» para referirse a cualquier mujer indígena y «chula» para llamar a la servidumbre, sí; usted usa un lenguaje discriminativo.
• Ya explicó la dueña (María Andrea Flores) que era un homenaje a su abuela y, obviamente, «María» es su nombre.
o Es querer tapar el sol con un dedo. La clave está en el tipo de negocio: vestimenta con base en tejidos mayas. La dueña puede honrar a quien quiera y llamarse como quiera pero, en el contexto de su negocio, aprovechó el doble sentido racista de la frase «María Chula» para fijarse en la mente de sus compradores. Tal vez lo hizo implícita y no explícitamente pero, igual, sigue siendo racista.
• CODISRA divide al país y no respeta la multiculturalidad de los otros
o Reconocer al otro no divide al país, al contrario, lo integra. Argumentar que no se respeta la multiculturalidad al excluir al ladino es solo un argumento falaz; el ladino concentra el poder, la riqueza, la educación y los servicios estatales, así que CODISRA debe concentrarse en apoyar a las etnias discriminadas y excluidas.
• Los indígenas están siendo racistas con los ladinos. Los indígenas son racistas entre ellos.
o Véase la respuesta anterior. Además, son argumentos malintencionados que intentan culpar a la víctima; afirmar esto es tan absurdo como culpar a la víctima de acoso sexual por la manera en que se viste.
• ¿Por qué no va CODISRA contra otros negocios y solo elige blancos específicos?
o Primero porque los acusarían de que es una «cacería de brujas» como ya lo están haciendo; segundo, porque asumo que tienen recursos limitados (no creo que sean una prioridad en el gobierno actual) y, tercero, supongo que por medio de estos casos mediáticos tratan más de educar a la sociedad que de castigar culpables (lean el final de su comunicado donde instan a analizar antes de difundir).
• El combate a la discriminación se les está saliendo de las manos; parece una cacería de brujas.
o Como se indicó arriba, si van tras pocos se les exige que sean justos y vayan contra todos; si van contra todos, se convierte en cacería de brujas. En general, CODISRA ha llevado casos puntuales y, entiendo, que a manera de convertirlos en casos paradigmáticos y ejemplares. El combate al racismo en Guatemala no está ni cerca de salirse de las manos ni de ser exagerado; al contrario, falta mucho todavía para que seamos una sociedad libre de racismo.
• Están buscándole tres pies al gato con acusaciones sacadas de la manga.
o El análisis cualitativo de contenido (o análisis discursivo) es una metodología científica hartamente descrita, validada y aplicada en el mundo. Que usted no la conozca o no la entienda no la hace «sacada de la manga».
::::::
Licenciado en Letras y en Antropología; tiene un posgrado en Lingüística y una maestría en Comunicación. Actualmente estudia un doctorado en Investigación. Tiene experiencia como catedrático y editor |
Primera novela guatemalteca sobre las manifestaciones de 2015. eBook en Amazon y primeros capítulos aquí