Foto: Miriam Ochoa |
Un poco resentido
(será por el calor de este invierno, que nos ha traído muchos soles), Nicolás
sale del trabajo a las seis menos cuarto. Intenta abordar un bus, de pronto vacio,
que lo lleve a su destino. No lo logra, cuelga de uno y, de vez en cuando, deja
caer la cabeza.
Una señora
espera ese mismo bus con cierta calma y a la vez tristeza, sale del hospital
público con una toalla a la espalda: hoy sí le dejaron pasar la comida, la
triste comida para su enfermo renal que es su esposo.
Dos ancianos
abordan el bus con tanta dificultad al subir, bajan unas cuadras después y
también les cobran pasaje.
Un grupo de
chicas alemanas (han de ser por el color de la tez y por la ciudad en la que
vivo) tararean las canciones del viejo radio que, aunque viejo, siempre que se
acaba el turno tiene el chofer que quitarlo, no lo adapta a otro lado… ¡No!,
no. El chofer tiene miedo que, como a Juan David de la otra línea, él termine
muerto por insignificancias o ajuste de
cuentas. Ha de ser por eso.
::::::
Quetzaltenango. Escritora, poeta y fotógrafa.
Hablar
por medio del arte y ser voz para quienes conozca y sienta
|
¿Querés poesía? Christian Echeverría lee
en la 6a avenida del centro de la Ciudad de Guatemala a extraños y dio nombre
al blog. eBook en Amazon y poemas
Guatemala es una utopía ensangrentada.
No podrás parar de leer esta novela. eBook en Amazon y
primeros capítulos
No hay comentarios:
Publicar un comentario