miércoles, 6 de enero de 2016

Demian: la historia de Emil Sinclair


POR BÁRBARA BARRIENTOS


La búsqueda de sí mismo es un proceso que no acaba nunca pero evoluciona con el pasar de los años. Quien se sintió confuso durante su infancia y adolescencia con aquello que los padres dicen que es cierto, es el mismo que en la adultez se pregunta qué hacer con esa cantidad de conocimiento que se adquiere con el tiempo, pero que un día cualquiera cae como balde de agua fría en la razón.

Foto: Anastasii Mikhailov

Emil Sinclair es el personaje principal de “Demian”, obra escrita por el alemán Hermann Hesse en 1919. La historia refleja muy bien la época en la que fue escrita (con todos sus prejuicios y tabúes, algunos incluso arrastrados hasta el siglo xxi).

Emil lleva una vida cotidiana normal, tan tradicional y conservadora como cualquier niño de su época. Dentro del hogar, todo resultaba “perfecto” basado en apariencia y religión. Pero cuando Sinclair salía y veía la realidad en la calle todo era muy diferente. A temprana edad comienza a cuestionar las cosas que suceden a su alrededor; aquellas que todos los demás niños creen que son "normales" o "correctas".

Un día, se encuentra con Max Demian. Un compañero de escuela que llamará su atención por su forma diferente de ver las cosas, por su personalidad fuerte y misteriosa y por sus posiciones críticas ante acontecimientos que para los demás niños resultan indiferentes. El encuentro entre estos dos personajes hará de la obra un diálogo incesante en el que sin duda el lector se identificará en algún momento específico de su vida, o se sentirá invitado a realizarse los mismos cuestionamientos que atormentan a Sinclair en su camino hacia la madurez. 

Emil ha sido criado por unos padres muy conservadores que intentan inculcar ideas firmes en él, pero un día el pequeño Sinclair se ve atraído por un mundo diferente al que le enseñaron en casa. La cantidad de respuestas que necesita a todas las preguntas que surgen sobre su propia existencia lo comienzan a atormentar, y entonces decide ir por ellas por medio de la búsqueda en sí mismo; la introspección.

Sinclair tiene que hacer frente a dos grandes mundos: el ideal; aquel que sus padres le presentaron desde siempre, y el mundo frío que se encuentra lejos del cuidado paternal y que no se parece en nada al otro. Sinclair va en búsqueda de su personalidad. 

Entonces experimenta con cada uno y los confronta para encontrar las respuestas que tanto busca. Influenciado por Max Demian, aquel compañero de clase que seduce con su mirada fría y misterio envolvente y que refleja su precocidad en cada uno de sus actos, Sinclair se rebela ante todos los patrones sociales no sin antes experimentar de cerca y en carne propia temas comunes como la amistad, el crimen, el bien y el mal.

“Demian” tiene referencias místicas y religiosas que, acompañadas de la Psicología, narra el conflicto del autoconocimiento que todos enfrentamos desde la infancia y a través de la adolescencia, y sin duda sigue presente en la adultez.  

Demian le presenta a Sinclair “Los hijos de Caín”, una idea que jamás había escuchado. Estas personas poseen la capacidad de ejercer el bien y el mal, así como Abraxas, una entidad divina con características humanas. Demian es mentor de Sinclair y le ayuda con ejemplos muy originales del camino por la vida, la sociedad, los deseos naturales y el deseo sexual, del que no podía hablar con sus padres, y que poco a poco descubre en sí mismo... 

“El pájaro rompe el cascarón. El cascarón es el mundo. Quien quiera nacer tiene que destruir un mundo". Demian. laberintosdeltiempo.blogspot.com

Es claro que la obra intenta encaminarnos al punto máximo de la línea de nuestra vida, ese en el que "destruimos el cascarón” y abrimos los ojos a lo que tanto tiempo fue escondido de nosotros. Pero para eso es necesario sin duda hacer frente a las consecuencias. 

Hesse refleja su proceso de "destrucción del cascarón" en cada una de las páginas de este libro. La novela fue publicada nada más y nada menos que con el nombre de “Emil Sinclair”, un seudónimo que Hesse eligió. El libro tuvo éxito desde el inicio y ganó un premio que entregarían a "Emil Sinclair", pero este nunca apareció. Hesse confesó ser el autor de la obra y con esto dejó en claro que Emil era él mismo.

La obra está repleta de dualidades en las que cabe destacar las propias en la historia del autor. Por ejemplo, su paso del siglo xix al xx. La literatura de Hesse quedó atrapada entre ambos siglos y con esto entró en un conflicto en el que debía enfrentar todo lo que el nuevo siglo traía consigo; lo nuevo y lo viejo, lo antiguo y lo moderno; incluso su literatura debió enfrentar también la Gran Guerra. 

Hesse es el Sinclair confundido, el atormentado por la realidad, golpeando a su puerta. Hesse, de familia religiosa y una educación fuertemente conservadora, vivió el tormento de la búsqueda de la verdad saliéndose de los parámetros que le fueron enseñados. Abandonó el seminario donde realizaba estudios en Teología y dejó Europa para instalarse en la India. Allí conoció de cerca nuevas y diferentes filosofías orientales que combinó con lo aprendido de Jung, Nietzsche y Freud, a los que admiraba y seguía, y especialmente de Jung y su psicología analítica que refleja en la mayoría de sus personajes, los cuales siempre están en la búsqueda de su individualidad y de la toma de conciencia.

Sus obras siempre tienen un punto metafísico, ya que si bien Hesse estaba inconforme con la fe que sus padres le habían impuesto, siempre continuó en la búsqueda de algo mayor que rija el mundo. Hesse, quizá, buscaba llenar el vacío de su fe atormentada por medio de la Filosofía, el Psicoanálisis y el misticismo, ya que no sólo su fe había sido atacada, sino que toda la religión había sufrido un gran cambio con la llegada del siglo xx. 

Hesse, hijo del siglo xix, debía decidir si quedarse con lo que había construido en ese siglo o adentrarse en el nuevo a sabiendas que sería doloroso, y así se adentró en uno de los siglos más bélicos de la historia con una fe débil y todos los preceptos aprendidos escurriéndose entre sus manos.

La literatura de Herman Hesse es el resultado del choque entre el mundo viejo y el nuevo. Dio a luz una producción de más de 40 libros entre novelas, relatos y poemarios. Entre estos sobresalen Demian (1919), Lobo estepario (1927) y Siddhartha (1922). Es reconocido como uno de los escritores de su época más importantes de la lengua alemana y ganó el Premio Nobel de 1946.

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Bárbara Barrientos          PÁGINA EN BLANCO 

Estudiante de Comunicación de la USAC. Amante de las palabras y la ficción. A veces triste, a veces muerta de risa. A veces mala.

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