miércoles, 16 de marzo de 2016

Aguantar/ protestar/ votar

POR MARIANO GONZÁLEZ 

O Corrupción y narcisismo (II) 



En un artículo anterior se reflexionaba sobre la relación entre política corrupta y narcisismo. Se proponía que la combinación de una práctica corrupta e impune junto a la nefasta existencia de una tradición servil frente a las figuras de autoridad (los achichincles), puede provocar una “narcisización” que termina en las delirantes actitudes y respuestas de figuras como Baldetti y Baldizón.

La denuncia de CICIG y el MP contra La Línea fue la gota que rebalsó el vaso de la indignación frente a la corrupción descarada de las figuras más destacadas del gobierno y de la oposición.

Evidentemente que hubo una serie de actores e intereses que confluyeron en lo que sucedió, incluyendo la Embajada de Estados Unidos, los empresarios y los ciudadanos de a pie que salieron indignados a las calles.

Desde una perspectiva desilusionada, en lo que ocurrió se puede argumentar que las protestas “sólo” sirvieron para botar a Otto Pérez Molina, Roxana Baldetti y sepultar las ambiciones presidenciales de Manuel Baldizón. La salida a la efervescencia fue la votación por un mal cómico que está demostrando ser un mal presidente.

Es la secuencia que estaría señalada por el título del presente artículo: aguantar/ protestar/ votar... 

Foto: Esparta de Troya, YouTube.com
Como si hubiésemos pasado de la resignación cómplice que se tiene con el régimen y el sistema (hasta el señalamiento de la CICIG y el MP, se “sabía” de una serie enorme de hechos de corrupción), pasando por una protesta ´light´ (tipo "revolución de colores" en otros países) hasta la salida de la agitación a través de un proceso eleccionario que fue legitimado, guste o no, por una mayoría significativa de la población. Todo esto con la manipulación de la Embajada de Estados Unidos y otros actores.

Describir así esta secuencia no es ingenuo. Es también real. Pero deja de lado que hay cambios en la cultura política. Sobre todo, hay un cambio subjetivo importante: la preocupación por la violencia ha perdido centralidad y se ha pasado a una mayor preocupación por la corrupción y la política. Esto es importante. 

La violencia no ha dejado de ser un problema significativo, sin embargo, desde 2009 los índices de homicidios han registrado un descenso continuado. No es que sean datos para celebrar, pero al menos, no ocurren tantos homicidios como en el tope de la curva (6500). Además, aunque siempre hay hechos como los atentados contra el bus extraurbano o la venta de comida de los días recientes que reactivan el miedo ligado a la violencia, esta se ve como otro de los problemas del país y no como “el problema”.

Para apreciar lo significativo de esto, se debe recordar que la violencia tiene efectos psicosociales importantes como la atomización y el recrudecimiento del odio (basta considerar el apoyo que suscita la pena de muerte que cada tanto se vuelve a esgrimir como bandera política). 

Por el contrario, la corrupción como preocupación tiene que ver con el interés que despierta el manejo de la vida pública del país, por cómo se realiza el trabajo de las instituciones. Es decir, frente a la respuesta individual que provoca la violencia exacerbada, la corrupción demanda una respuesta colectiva, organizada.

Esto es lo que sucedió el año pasado en la Plaza. Aunque exista manipulación, aunque no haya habido una organización y programa previos que pudieran haber orientado la protesta, se fue dejando la pasividad usual y se realizó un empeño colectivo que involucró a sectores significativos de la población.

Aunque se haya votado por el mal cómico que no tiene idea de lo que está haciendo (aunque otros a sus espaldas sí la tienen y tienen intereses definidos), se ha ido generando una preocupación más visible por cómo se desarrolla el actual gobierno...

Las exdiputadas Lucrecia de Palomo, viuda de Francisco Palomo, abogado de Ríos Montt, Alfonso Portillo y Carlos Vielman, asesinado en 2015 (centro), y Zury Ríos, hija del exdictador militar acusado y sentenciado por genocidio y crímenes contra la humanidad en 2013, entregaron la iniciativa para reactivar la pena de muerte al vicepresidente del Legislativo, Iván Arévalo. Fuente: Siglo21
La paciencia resignada de la población parece que está cambiando y transformándose por cierta preocupación sobre la cosa pública. Hay pequeñas organizaciones que se han formado y que discuten sobre los temas políticos. Los movimientos tradicionales de campesinos, indígenas y mujeres mantienen sus reclamos y su presencia en la vida política del país. Hace por lo menos una década y media que no se veía a los estudiantes universitarios participar en la vida nacional y hasta una coordinadora interuniversitaria se conformó al calor de las protestas (hecho inédito en la historia).

Indudablemente que hacen falta muchas cosas. Los distintos sectores tienen que conectar entre sí y tiene que darse mayor organización. Pero esta organización se va haciendo en la marcha.

Tras la ruptura de la herencia de lucha que se ha dado en sectores significativos (como los estudiantes y los sindicatos), la aparición de la indignación en la Plaza muestra un cambio subjetivo importante. Cómo animarlo es una de las tareas que cualquier persona y colectivo interesados en el cambio de la situación del país, tiene por delante...  

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Mariano González       DIGRESIONES 

El cartón dice "psicólogo", pero la confusión, evidentemente, es mucho más extensa...

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